La sede nordelteña del Colegio Michael Ham ha dado un paso importante hacia la sustentabilidad al instalar paneles solares que generan 100 kW de electricidad. Esta iniciativa cubre el 55% del consumo energético de las instalaciones del colegio, demostrando un compromiso con el cuidado del medio ambiente y la educación de las nuevas generaciones.
“Apostamos a la sustentabilidad y a cuidar la integridad de la creación, en línea con la identidad pasionista del Michael Ham”, afirma Lucía Monsegur, Directora ejecutiva de la Fundación Colegio Michael Ham. “Consideramos que no es sólo una conversión ecológica, sino una conversión comunitaria. Si no lo hacemos juntos, el impacto no se ve”.
Los 182 paneles solares instalados en el colegio tienen una vida útil de 25 años, lo que significa que el centro educativo podrá disfrutar de energía renovable por décadas. La obra también incluyó la instalación de un inversor, soportes coplanares de acero galvanizado, protección integral y un sistema de monitoreo.
¿Cómo funciona?
Los paneles solares generan energía durante el día, la cual se utiliza para alimentar las luces, los enchufes y demás equipos del colegio. En caso de que se genere más energía de la que se consume, esta se puede inyectar a la red eléctrica y ser utilizada por otras personas.
“Nuestros alumnos son los ciudadanos del mañana”, destaca Lucía Monsegur. “Tenemos un equipo que es el Green Team -guardianes de la tierra-, que se ocupan del reciclado y crean conciencia con sus compañeros de clase”.
El colegio también ha implementado otras medidas para reducir su huella de carbono, como la eliminación de las botellas de plástico en el comedor y la instalación de un sistema de reciclado.
La instalación de paneles solares en el Colegio Michael Ham es un ejemplo a seguir por otras instituciones educativas. Es una iniciativa que no solo beneficia al medio ambiente, sino que también educa a los estudiantes sobre la importancia de la sustentabilidad.
