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Navegación eléctrica, una tendencia sustentable en Nordelta

La navegación eléctrica es una realidad en la Ciudad. Ya hay 25 catamaranes y un barco eléctrico que recorren los lagos de la Ciudad con energías limpias. Y la tendencia sigue creciendo.

Nicolás Fóthy es referente en el país en este tipo de navegación. Desde la empresa Naval-Electric, fue uno de los impulsores de la reconversión del Báltico, un yate clásico que hoy funciona con motor eléctrico. Para esta transformación, trabajó con la Universidad San Andrés, AVN y el restaurante Manso. En los últimos días, recorrió la Ciudad a bordo de una nueva embarcación, la EDelta 650. Con él dialogamos sobre los beneficios de esta tecnología y los aportes a la sustentabilidad de la Ciudad.

La innovación en el agua

“Podemos dar una vueltita y charlamos” dice Fóthy, quien ya tiene preparada la lancha en Manso, Nordelta Centro. Es ingeniero naval recibido en ITBA, y a sus 60 años asegura estar haciendo “lo que más le gusta”.

“Soy ingeniero naval, toda la vida estuve en esta actividad, y siempre me interesó la movilidad eléctrica en el agua” asegura el ingeniero que representa la marca alemana Torqeedo en el país. El vínculo surgió en la Convención de Distribuidores que se desarrolló en 2017 en Ámsterdam. “Ellos tienen motores híbridos. Se puede poner un generador a nafta o gasoil que alimente la batería y se puede alternar con las baterías de litio. En Nordelta hay motores íntegramente eléctricos”.

Después se asoció a la Asociación de Vehículos Eléctricos de Argentina, y junto con un Doctor en Física empezaron a fabricar baterías de litio. “Desarrollamos 250 motores de barcos, y el 80% de ellos tienen baterías de litio locales. Con mi celular puedo ver en una app como está la batería y los valores de navegación” dice Nicolás mientras el sol refleja sobre la cubierta del barco eléctrico.

La construcción local

Las embarcaciones EDelta 650 y Báltico son prueba visible de un tipo de navegación sustentable.  “Ambos tienen dos años de desarrollo y estamos haciendo las primeras 100 horas de funcionamiento. Es nuestro período de prueba” cuenta Fóthy mientras recorremos el lago y vemos amarras con algunos de los catamaranes desarrollados para Nordelta.

En sociedad con un astillero, hace cuatro años diseñaron el primer catamarán eléctrico. “Fue un desvelo de la pandemia y me fue bien” sonríe el experto, que asegura haber vendido el primero en Nordelta. En la Ciudad hay un total de 25 catamaranes eléctricos, y ya se vendieron 15 en Puertos.

La idea del desarrollo de EDelta 650 fue compartida con el medallista olímpico Santiago Lange, y su socio, Adrián Fernández. El trabajo implicó el diseño de la matricería en 3D por partes, la confección de moldes hembra, y numerosos detalles que hacen la embarcación exportable: tapicería estilo americana absorbente y protectora del calor, diseño moderno de cubierta con baño químico, toldo opcional media sombra, y la posibilidad de colocar paneles solares que alimenten la batería.

“El motor eléctrico pesa 16 kilos y tiene poco volumen. En cambio, un motor diesel pesaría 120 kilos” compara Nicolás. En tanto, la batería pesa 64 kilos, con una autonomía que, a 6 nudos, permite hacer 36 millas en 6 horas.

Una tendencia sustentable

“A nivel global el transporte marítimo y fluvial es responsable del 2,5% de la contaminación global. Hay 50.000 buques dando vueltas en el mundo en este momento… Hay una tarea importante por hacer con la movilidad eléctrica” reflexiona Fólthy.

Recientemente desarrolló con UniDelta la primera lancha eléctrica para pasajeros en Tigre. Y tiene un prototipo con capacidad de transporte de 22 personas y 2 tripulantes, que mide 11 metros de largo. En sus ojos se ve una inquietud por hacer realidad el transporte sustentable para pasajeros.

“Por la saturación de tránsito, podría ser una opción de lancha colectiva sustentable eléctrica. Si en Holanda hay catamaranes con gente parada para viajes cortos, ¿por qué no replicar ese ejemplo?” dice con entusiasmo.

Termina el paseo en barco. Queda flotando en el aire la preocupación por el medioambiente y una posible respuesta: la navegación eléctrica como resultado de la innovación, un valor central en nuestra Ciudad.

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