En la sede de Judaica Norte se llevó a cabo un sentido brindis de despedida del rabino Uriel Romano. Amigos y congregantes de la comunidad judía despidieron a su Rabino.
Con mucha emoción y lagrimas en los ojos, el Rab Uriel le dedicó unas palabras a su congregación:
Bueno, hoy tocan palabras de despedida, hay palabras de bienvenida, hay palabras del día a día y palabras de despedida y la tradición judía en el Talmud nos dice que uno no se puede despedir del otro con palabras vacías o con un chiste, sino que uno tiene que despedirse con palabras de torá, una enseñanza, eso ya de por si es uno de los grandes mensajes de la tradición judía de intentar que en cada una de nuestras conversaciones, de nuestras charlas, de nuestros encuentros siempre algo, alguien pueda aprender.
Y justo en la parshá, en la porción semanal que a los judíos nos toca leer en todo el mundo. Nos toca leer sobre la muerte de Jacob, de Jacobo, el tercero de los patriarcas. Abraham, Itzjak y Jacob que muere y según la tradición rabínica, él es el primero en enfermarse en la historia. Antes la gente llegaba a la vejez y de un día para el otro fallecía y esto no le daba tiempo para despedirse, para ordenar su casa, para dejar su testamento, para poder despedirse de sus seres queridos y para poder tomar conciencia de lo que está pasando.
La verdad es que yo decidí desde julio poder tomar este nuevo camino y este nuevo desafío y la diferencia, gracias a Dios, es que esto no es una enfermedad. Pero si no es un tiempo determinado para poder despedirnos y para podernos tomar conciencia, del paso del tiempo de uno, de los afectos, de los cariños que uno deja, de las enseñanzas que nos deja, de las enseñanzas que uno toma y que las cosas no sean de repente ni de un ida para el otro, sino que las cosas sean pensadas, planificadas para cada uno darse el tiempo, creo que son de las mejores bendiciones que podemos tomar de jacob, de pedirle a dios que cada uno tenga un tiempo para partir, que cada uno de nosotros pueda salir de sus lugares por elección propia, no porqué alguien decide por uno, sino uno mismo poder elegirlo y elegirlo con firmeza, aunque con las dudas de siempre, pero siempre con la posibilidad de volver, de regresar, nuevo renovado hacia un nuevo lugar, pero también por sobre todo, por darte el tiempo, el tiempo para despedir, el tiempo para recibir, una de las cosas más lindas que me pasó en este periodo es, las palabras de aprecio y quizás cuando uno está en el día a día, en sus funciones, unos recibe quizás las quejas o los problemas de los congregantes, y como rabino de las cosas que más aprendí en este tiempo, fueron palabras de agradecimiento y que uno, no sabe como pequeñas acciones como le cambia la vida o como ayuda a otros y nada.
Me voy de aquí de Nordelta, de Tigre, pleno, solamente diciéndole a Fundación Judaica Norte a Nordelta y a Tigre únicamente bendiciones. En todo, este camino que emprendieron ya hace más de veinte años Nordelta, hace diez años Juadaica Norte de seguir creciendo bendiciones. Nos estamos viendo muy pronto.