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Nordelta: Puerto Canoas, totalmente renovado

El protagonista principal es un muelle-mirador de líneas redondeadas que invita a sentarse a contemplar el lago.

El nuevo parque de Puerto Canoas, que acaba de ser inaugurado, es así un espacio para recorrer, disfrutar y contemplar. Allí se plantaron 175 árboles y 1.179 gramíneas, flores y arbustos nuevos, sobre todo de especies nativas.

Los trabajos de mejoras habían comenzado en el invierno, la primera etapa acaba de terminar y se retiraron los cercos de obra. Ya puede verse vecinos disfrutando del nuevo espacio.

El muelle se extiende por la costa frente al Lago Central, con formas redondeadas, y un largo banco que invita a la contemplación del espejo de agua. Desniveles, escalones y plataformas generan distintos espacios para el juego y el descanso.

Puerto Canoas es uno de los parques más importantes de la Ciudad, entre La Isla y Los Puentes, frente a El Palmar. La remodelación y puesta en valor estuvo a cargo del estudio de paisajismo Ponieman-Harte-Beveraggi- Sambresqui, el mismo que está realizando la parquización de la Avenida Troncal desde Puerto Canoas a Virazón. Las obras están a cargo del desarrollador.

Naturaleza ordenada

El concepto, señalan las paisajistas, es “un parque que desvíe al peatón de la Troncal y lo acerque al lago a través de circulaciones sinuosas y con distintas alternativas”. En el paisaje se trabaja con contrastes entre el diseño bien definido y acotado y lo silvestre, libre, generando así una imagen de naturaleza ordenada.

Para concretarlo, realizaron toda una traza de caminos curvos, algunos de cemento rugoso y otros permeables al agua, para reducir el impacto en el suelo. Esas curvas van atravesando pequeñas lomadas, espacios abiertos con vegetación baja, bosquecitos de árboles, generando distintas vistas.

Un desarrollo sustentable

En el lugar había ya una plantación de árboles, la mayor parte de especies exóticas. Ahora se hizo hincapié en las nativas, que promueven la protección y desarrollo de la fauna local. Así plantaron 28 alisos de río, 19 sauces criollos, 15 ceibos, 14 pata de vaca y 10 saucos, entre otras especies como el chal chal, la yerba del bugre, murta, tipas y acacias, hasta completar 175 árboles nuevos.

El mismo criterio fue con las 1.170 plantas que se distribuyeron en canteros y espacios que combinan la formalidad de las líneas rectas con los senderos curvos. Allí dominan las gramíneas, como la cola de zorro, la céltica gigantea, o la Muhlemberia (algunos la llaman rabo de pavo), mezcladas con flores como carqueja, verbenas, lantanas o 9 variedades distintas de salvias, entre muchas otras.

Las plantas acaban de ser plantadas, y ahora se podrá ir viendo cómo crecen, se llenan de hojas y florecen. En un espacio se sembraron tréboles y alfalfa, buscando generar un campo con una textura más suave, redondeada.

Esta semana se retiraron los cercos que protegían la obra, para que los vecinos empiecen a disfrutar de los nuevos espacios. Y así se abre la segunda etapa: ahora vendrá la atención en cómo se apropian los vecinos del espacio, para terminar de armarlo de acuerdo a las preferencias de los propios usuarios, a qué espacios usen más. De esta manera, según se vaya generando la circulación, se irán agregando más adelante distintos tipos de equipamiento, desde bancos y mesitas para el descanso, a juegos infantiles.

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