Con una trayectoria de 45 años como sacerdote, Carlos Avellaneda asume con entusiasmo su nueva misión en Nordelta, destacando la vitalidad y compromiso de la comunidad.
El padre Carlos “Checo” Avellaneda se ha convertido en el nuevo párroco de la Parroquia Sagrada Familia en Nordelta. Con 70 años de edad y una vasta experiencia pastoral, Avellaneda llega a esta comunidad tras haber desempeñado diversos roles en la Iglesia a lo largo de su vida.
Ordenado hace 45 años, inició su labor sacerdotal en La Lucila, luego en la parroquia Santo Cristo de San Isidro y, posteriormente, dedicó 15 años a la formación en el seminario diocesano, de los cuales 13 fue rector. Su camino continuó con 11 años en la parroquia Nuestra Señora de la Guardia de Florida, un periodo de estudios en Roma en teología del matrimonio y espiritualidad matrimonial, y siete años en la parroquia Nuestra Señora de la Merced en Béccar, seguidos de otros siete en la Catedral de San Isidro.
Ahora, en Nordelta, Avellaneda ha encontrado “una comunidad muy viva, con muchos laicos comprometidos” y un carisma similar al de la Merced, con adoración permanente y una creciente participación de jóvenes y grupos de matrimonios. Además, destaca el crecimiento de la catequesis de iniciación para la comunión, con nuevos grupos de niños y padres que se formarán este año.
Sobre su llegada, expresa su gratitud por la calidez con la que ha sido recibido: “Los laicos más comprometidos me ayudan, me acompañan y han facilitado mis primeros meses aquí”.
Con especial entusiasmo, espera la celebración de su primera Pascua en la comunidad de Sagrada Familia: “Estoy seguro de que será muy intensa, muy fervorosa y que nos va a unir aún más”.