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El abogado de Nordelta que se convirtió en el Gurú en las entrevistas de Podcast

Elías Kier Joffe es un exitoso abogado especialista en derecho internacional.

Sin embargo, como su vida de leyes le resultaba algo aburrida, decidió emprender un camino mucho más audaz: animarse a ser pionero de los Podcast en Argentina. Elo, como se lo apoda en las redes, ya lleva dos años ininterrumpidos publicando reportajes semanales. Y por su programa pasaron grandes figuras del deporte y del espectáculo. Año tras año, su programa gana popularidad y más seguidores que no se ven seducidos por la radio o la televisión. Una charla a fondo sobre las nuevas formas de comunicar que imperan en Internet. El perfil de un personaje que transformó a su hijo de 11 años en Youtuber (Nordeltus) y que ahora tiene otro gran desafío: consagrarse él mismo.

Elías Kier Joffe tiene 47 años, es padre de tres hijos y podríamos sintetizarlo así: “un abogado exitoso que vive en Nordelta”. En su página de Internet hay una lista larga de pergaminos que no entrarían en todo este artículo. Especialista en derecho internacional, multilingüe -habla inglés, italiano y hebreo- y ávido lector de la Torá, se erige como una fuente de consulta de diversos temas para las grandes cadenas mundiales. En el último tiempo, lo han entrevistado tres veces en el The New York Times. Y hace días le llegó un email de la BBC de Londres. Le preguntaban por la sucesión de Diego Maradona. Está clarísimo, chapa le sobra. Pero aquí lo curioso del caso es que Elías no pretende ser el abogado estrella que nos vende la industria de Hollywood, porque, a decir verdad, nadie en la vida real lleva puesto el traje todo el día. Por eso cada vez que llega a su casa desde Tribunales, se pone a producir su Podcast. Sí, leyeron bien.

Este doctor en leyes le dedica tres horas diarias al armado de su programa de entrevistas (Elo Podcast ) por Internet. Y ya lleva dos años y un puñado de meses charlando con grandes figuras del espectáculo y del deporte. El tipo no falla. Una vez por semana, religiosamente sube un contenido. Sus charlas se pueden ver en Youtube y escuchar en las plataformas digitales de Spotify, Apple Podcast y Google Podcast. En sus redes, acumula 52 mil seguidores y sus 150 reportajes superan largamente el millón de reproducciones.

Tanta repercusión merece una pregunta temprana: ¿cómo termina un abogado de prestigio dando un golpe de timón tan grande en su vida, si su carrera tiene más laureles que espinas? “La verdad es que arranqué con mi Podcast porque me sentía como una ratita, de mi casa a la oficina, de la oficina a Tribunales y luego todos los días entrenaba Triatlón, por ahí tal vez canalizaba toda mi frustración de no ser del todo feliz ejerciendo la abogacía. Aunque no parezca, no soy social, no tengo amigos y soy muy solitario, pero creo que conocer a una persona exitosa, campeón del mundo como Sergio Maravilla Martínez o medallistas olímpicos o gente consagrada en su área, te “abre la cabeza”.Y solo a través de conocer y conversar con gente voy a poder abrir “puertas mentales’. Así fue que viajé a Madrid a liderar grandes proyectos audiovisuales, por ejemplo, grabé un curso con Maravilla, pero eso lo voy a contar más adelante…” Asimismo dice que podría haber leído mil libros,ver mil horas de Netflix, pero una conversación de 20 minutos en un Podcast con un campeón del mundo le permitió evolucionar y crecer muchísimo más. “Cada invitado me abre una puerta mental y esa puerta mental me abre nuevos “universos”, comenta Elías, que a partir de este momento, por cuestiones estilísticas, llamaremos Elo.

Cuando se encienden las luces de su estudio móvil, el Elías de traje y corbata Armani se desvanece y aparece Elo, el personaje de gorrito y remera negra de algodón, el tipo canchero que pregunta como si tuviera el filo de una navaja en la lengua, y así, con la desfachatez de quien disfruta lo que hace, se pone al frente de la conducción de su programa. Desde su creación Elo Podcast tuvo en su agenda de invitados a figuras que los productores ya le cuestan horrores capturar y llevar a los pisos de la televisión. Maravilla Martínez, Catherine Fulop, Mariano Martínez, Santiago Lange, Sebastián Crismanich, Aníbal Pachano, Claudio María Domínguez y siguen los nombres. Pero con una particularidad, todos ellos aceptaron ir a su casa, donde Elo los agasaja con comidas veganas o sushi, todo un personaje. Ahora bien, ¿qué lleva a un profesional de élite a querer triunfar en otro terreno? Este es el caso del abogado que genera notas con mayor impacto en redes que muchos canales de televisión de cable. ¿Cómo se explica este fenómeno? Elo tiene una teoría. “Los canales tienen productores, se guían por el rating y esas cosas. Yo no tengo a nadie que me diga a quién entrevistar. Entonces sale todo más espontáneo. Es más, en el aire me confieso y cuento cosas de mi vida privada”, dice, entre risas. Y no exagera: al aire se definió como metrosexual, confesó su paternidad por fertilización asistida, habló de su transformación al veganismo (lleva 8 años sin probar carnes) y no dudó en debatir con académicos acerca de porqué, para él, la escuela tradicional no sirve para nada.

Elías Kier Joffe

Podríamos seguir con la historia de Elo, y sus ideas renovadas para generar contenidos en audiencias jóvenes que no ven radio, televisión ni leen diarios en formato en papel… Pero es conveniente hacer un parate para entender el fenómeno.

Elo se creó propio personaje, aunque no es la primera vez que saca un conejo de la galera. Junto a su hijo de 15 eligieron el nombre Nordeltus (cuando éste tenía 11) y se hizo popular entre los chicos, al punto tal que viajó por todo el mundo acompañándolo a congresos, convenciones de Youtubers e influencers y esas cosas.

Un buen día, Elías se dio cuenta que él también, el padre joven, tenía potencial para tener su álter ego. Y así nació Elo. “A los amigos Youtubers de mis hijos yo les decía: ‘che, vos tenés que tener tu Podcast, che esto, che lo otro’. Hasta que me dí cuenta que estaba proyectando lo que yo quería hacer en realidad. La vida de abogado es aburrida, yo no puedo ser seriote, a mi me gusta ser más Elo que Elías. A mi me gustan los superhéroes. Viste Superman, que trabaja como periodista. Bueno, ahí no sabés bien quién se disfraza de quién. Si el periodista o el superhéroe. Acá tampoco, me gusta jugar con eso”, comenta, y de cierta forma hay que darle la razón.

“A raíz del éxito de Nordeltus la gente me criticaba o “hateaba” y me decía que yo vivía a través de mi hijo y eso no era la realidad. Por eso, por mi necesidad de hacer algo que un adulto haría, me decidí a hacer mi Podcast”.

En redes sociales se muestra simpático y extrovertido. Se graba desayunando jugos veganos, cuelga stories de su hijo afeitándole la espalda con espumas -requisito previo para hacer la depilación definitiva láser- y charla con su audiencia mientras pedalea que da calambres con una camarita en el manubrio y con una indumentaria profesional, al mejor estilo Alberto Contador.

Toda esa frivolidad es como un remolino fugaz, su efecto es notorio pero enseguida vuelve a ser Elo. Anécdotas tiene miles, pero, como abogado de ley, tiene una estrategia, ganarse la confianza de sus interlocutores para que se animen a contar algo más. “Catherine Fulop es amiga, pero apenas la conocí, me preguntó si mi apellido era Podcast. Lo mismo me pasó con Claudio María Domínguez, sus oyentes de la radio me llamaban el Señor Podcast. Es que en nuestro país venimos atrasados. Y muchos no saben aún hoy que es un Podcast, yo siempre digo que lo que hago son charlas y no entrevistas tradicionales de preguntas y respuestas. Es una conversación sin filtros. Una vez le pregunté a Karina Jelinek: che, ¿te sentiste fea alguna vez? Porque yo siempre me creí lindo… Cuando era nene, 12 de mis 15 compañeras gustaban de mí. Entonces me hice una idea de mi mismo, que aún hoy persiste. Y bueno, lo asumo, soy narcisista, jaja”, suelta, sin miedo al qué dirán. Como todo personaje en ascenso, Elo también tiene sus haters: aquellos que entran a sus publicaciones a embarrar la cancha. “Está bien que existan, las redes sociales son democráticas y en ese ecosistema todos tienen su lugar. Me critican que hablo mucho y que no dejo hablar al invitado. Me dicen que soy un Egocéntrico y yo les contesto que no, que en realidad soy un ELOcéntrico. ”.

Por mandato de sus padres, estudió abogacía en la Universidad de Belgrano, se especializó en derecho civil y comercial, y su fuerte es derecho internacional privado de sucesiones y operaciones inmobiliarias.

También llevó a cabo estudios de religión en Israel, Estados Unidos y Argentina que lo dejaron a un paso de convertirse en Rabino, pero su camino, por lo visto, no era dedicarle la vida a Dios, sino que le divertía más los desafíos en el terreno de lo mundano. Algo “chapada a la antigua” su familia le inculcó los valores de la época. Heredero de inmigrantes judíos polacos, ucranianos y rusos, todos profesionales contables y letrados, Elo no tenía escapatoria: debía ser abogado, contador o médico.

Y él siguió al pie de la letra la bajada de línea “porque no tuve los huevos para rebelarme”. Pero hoy tiene claro que el trabajo es una cosa y su pasión es otra. Hace años tomó coraje para hacer lo que a él más le gusta. Charlar con la gente. “Mi vieja tiene 70 años ya. Una vez me llamó y me dijo: “¿Che, Elo estás trabajando de abogado? Le preocupaba que no gane plata para mantener a mis tres hijos… Yo utilizo todo mi tiempo libre en mí. En lugar de mirar maratones en Netflix, HBO, Amazon Prime, yo elijo ser el productor y protagonista de mi propio contenido. Elijo grabar la propia serie de mi vida”. No exagera Elo, que también deja ver su costado más humano. El año pasado, se dio el gran gusto de su vida, entrevistar a su abuela de 100 años, que es psicóloga y una charlatana de aquellas.

“Yo quiero que los protagonistas se sientan bien. Entendé que cuando empecé los llamaba para hacerle una nota alguien que no es conocido, que no trabaja en los medios tradicionales, o en los más vanguardistas como Vorterix, que no es periodista, ni un locutor como Pergolini, Andy Kusnetzoff o Fantino. Y sin embargo, logré que todos estos grosos quisieran participar de mi Podcast. De un día para el otro, lo tenés a Gino Bogani en tu casa, el modisto de excelencia, tomando un café en tu sillón. Y al otro lo tenés al Pepo, un cantante de cumbia, que te dice, vos sos re concheto, pero me caes re bien. Y a la otra semana me toca ir al Cenard a entrevistar a Silvio Velo, que es padre de siete hijos y era vendedor ambulante, pero que se puso la 10 y la cinta de capitán de la selección de fútbol para ciegos… Y luego Daniel Orsanic, Georgina Bardach, Federico Molinari, Sebastián Crismanich, todos grosos que se abrieron a contar sus historias. Es muy fuerte todo para mí, porque de todos ellos aprendo una cosa, hay que hacer lo que te hace feliz. ¿Y qué es lo que te hace feliz? Simple, aquello que estarías dispuesto a hacer gratis, por más que no cobres un peso. Nunca me voy a olvidar lo que me contó Pachano, el tipo fue arquitecto hasta los 28 años. Pero un día se puso a estudiar tap, y se metió de lleno en la danza. Nunca es tarde”.

Siendo el pionero de los Podcast en la Argentina, Elo redobló la apuesta y en el 2017 lanzó una plataforma de educación virtual (EloUniversity.com) en donde se pueden acceder a contenidos de todo tipo. De espiritualidad, con Claudio María Domínguez, de Fitness con Catherine Fulop, de historia hebrea con un Rabino, de creación de Podcast dictado por él y mucho más. Esos cursos virtuales se vendieron como pan caliente en la cuarentena. El último éxito fue “Aprendé a boxear con Maravilla”. Sí, Maravilla Martínez lo invitó a Madrid para grabar en una coproducción un curso con técnicas y tácticas de boxeo. ¿Cómo fue que lo conoció? Después de buscarlo durante un año, en el 2019 logró tener la tan ansiada chance de entrevistarlo. Había una sola condición por parte del team del campeón. La nota debía hacerse en el gimnasio donde Maravilla iba a dictar la Masterclass. Pero, claro, Elo no quería un mano a mano común y corriente: “Maravilla es una mega figura y ya venía de 14 horas de traqueteo. Entonces me volví loco toda la semana porque sabía que no podía llevarlo a otro lado para charlar”. Fue así que reservó una habitación en el Hotel Windham a metros del Viken Gym donde Sergio dictó la clínica deportiva. Ese día me recibí de productor, ja, sentía una presión enorme, menos mal que no me olvidé ningún cable. Aunque parezca loco, yo manejo las cámaras, yo armo el estudio móvil con las luces, toda la puesta en escena es mía”, expresa.

Elías Kier Joffe

“Después del Podcast con Claudio María Domínguez le dije: “Vos, además de teatros, deberías tener cursos online, como si fuera una serie de Netflix. Así mientras ‘dormís’ ganás plata. Y él me contestó: “Hagamos algo juntos”

A pesar de la abundancia, y de los lujos que puede darle una vida color champán, Elo ahora confiesa llevar una vida minimalista. Y por defecto profesional, aporta pruebas a su relato. Se mudó de una casa en Nordelta con jardín y pileta a un departamento alquilado en el mismo barrio pero mucho más chico, de dos ambientes. En un ambiente tiene el estudio de grabación y en el otro, duerme.

“Es el mismo concepto que Netflix, pago un abono mensual por el uso del departamento, no quiero poseer nada material, solo usar. Antes había que comprar los CD’s por 18 dólares, hoy pagás 10 dólares por tener acceso a una lista más completa y variada, es decir, pagás por usar”, expresa. Ah y no es todo, para pintar el personaje, una anécdota más. Hace un tiempito donó toda su ropa a una fundación en Nordelta y al personal doméstico que trabaja para él, porque, según dice, lo esencial tiene que caber en una valija: “Me quedé solo con un traje para trabajar”. Entonces, con esa valija inconscientemente está preparado para dar la vuelta al mundo, cuando la vida le permita cumplir su sueño: vivir cada mes del año en una ciudad distinta del planeta.

“La vida no es el destino, es el proceso. La felicidad no es trabajar y trabajar para poder comprarte una Ferrari a los 70 años. Yo quiero ser todos los días de mi vida feliz… Además si vamos al caso, ser distinto e inteligente es tener los dólares para usar (¡no comprar ni poseer!) un Tesla. Por cierto, me parecen ridículos los autos a nafta, cuando podés enchufar el auto como el celular todos los días y no sólo no dañás el ambiente, sino que no tenés que ir a cargar combustible”, sonríe y pregunta cuándo va a salir publicada la entrevista. Y si, nuestro querido Elo cuenta con su colonia de fans. De hecho, ya tiene el modelo a seguir, un presentador estrella made in EEUU. “La clave es hacer lo que te gusta. Yo admiro a Joe Rogan, el podcast más popular de Estados Unidos. Durante 11 años trabajó gratis y publicaba en Youtube. Nadie daba dos mangos por él. Y ahora, super exitoso y famoso, Spotify le pagó 100 millones de dólares a cambio de la exclusividad de su programa. Él nunca esperó dinero a cambio. Sólo apostó por él. Ojalá algún día pueda volar por el mundo entrevistando a estrellas. Ojalá que este Podcast me lleve a conocer más y mejores personas”.

Fuente: Primicias Ya

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