Con el apoyo de los vecinos de Nordelta, la Fundación María de Guadalupe impulsa cursos que preparan a jóvenes de barrios cercanos para acceder a empleos formales.
Desde febrero, 30 jóvenes de entre 18 y 25 años participan de un curso de tres meses que busca mejorar sus oportunidades de inserción laboral. La propuesta incluye formación en habilidades socioemocionales, técnicas y laborales, con visitas a empresas, simulacros de entrevistas y acompañamiento personalizado. El programa es parte del trabajo conjunto de la Fundación María de Guadalupe con AVN y se complementa con el trabajo de otras organizaciones como Fundación Nordelta, Forge, Empujar y Cáritas San Isidro.
“Somos un puente entre los jóvenes y su primera experiencia laboral. Muchos nunca trabajaron formalmente y sus entornos familiares tampoco tienen esa experiencia”, explica Lucía Ferreyra, vicedirectora del colegio y coordinadora de las capacitaciones. “Cuando alguien logra capacitarse y conseguir un trabajo, eso impacta en todo su entorno. Se genera un efecto contagio”, agrega.
El curso no está limitado a exalumnos del colegio y convoca a jóvenes de Las Tunas, Ricardo Rojas, La Paloma y otros barrios cercanos. Además de la formación intensiva, durante los tres meses posteriores continúa un acompañamiento que refuerza la búsqueda de empleo y ofrece contención emocional.
El Programa de Inclusión Laboral es una iniciativa compartida entre varias fundaciones, coordinada por AVN y sostenida por los aportes solidarios de los vecinos de Nordelta. Las empresas que ya integran esta red empleadora son muchas y diversas: desde Andreani, Axionlog y Car One, hasta pequeñas y medianas firmas del corredor norte.
Con una tasa de inserción laboral del 30%, el impacto del programa es tangible, aunque sus mayores logros muchas veces no pueden medirse: el entusiasmo renovado, los proyectos personales, el cambio de mirada sobre el futuro.