La diputada bonaerense Luciana Padulo presentó un proyecto de ley que busca proteger la flora y fauna autóctona en municipios con terrenos destinados a desarrollos inmobiliarios. El caso de los carpinchos en Nordelta vuelve a ponerse como ejemplo de los desequilibrios causados por la urbanización sin criterios ambientales.
El avance de los emprendimientos inmobiliarios sobre áreas naturales protegidas vuelve a ser tema de debate. La diputada provincial Luciana Padulo, del bloque Unión por la Patria, presentó un proyecto de ley en la Legislatura Bonaerense que busca establecer un porcentaje mínimo de superficie reservada para la preservación de ecosistemas autóctonos en todo desarrollo urbano que se planifique sobre áreas con flora y fauna nativa.
“La fragilidad del equilibrio de un ecosistema natural es evidente ante el avance humano en la ocupación y transformación radical de los suelos”, explicó Padulo. Y agregó: “Partiendo del hecho de que estas biósferas son irreproducibles, es fundamental preservar sus condiciones naturales originales”.
El ejemplo más cercano para quienes viven en Nordelta no es otro que el de los carpinchos. Su aparición masiva en barrios privados durante los últimos años no fue una casualidad, sino una consecuencia directa de la pérdida de su hábitat natural en los humedales del Delta del Paraná. La urbanización de estas zonas generó desequilibrios ecológicos, afectando no solo a los carpinchos, sino también a otras especies y al propio entorno.
El proyecto de Padulo pone el foco en la necesidad de una planificación urbana que contemple estos factores desde el inicio. “La vitalidad de estos sistemas integrados es fundamental para mitigar fenómenos como sequías e inundaciones, la reposición de acuíferos y la prevención de incendios y anegamientos permanentes”, sostuvo.
Además, la iniciativa propone que toda intervención sobre un territorio con biodiversidad natural contemple la devolución de parte del suelo para su preservación, asegurando la convivencia entre el desarrollo humano y la naturaleza.
Padulo remarcó también la necesidad de políticas públicas que reconozcan a la biodiversidad como sujeto de derecho. “Es esencial protegerla en su hábitat natural y originario mediante acciones que promuevan la sostenibilidad ambiental y la equidad en el entorno”, concluyó.