La expansión de los carpinchos continúa hacia el sur del conurbano bonaerense. En las últimas semanas, familias completas de estos animales comenzaron a verse en el Club Náutico San Isidro, donde ya circulan libremente por jardines, el campo de golf y hasta los canales.
Primero fue Nordelta, ahora es San Isidro. Los carpinchos siguen ocupando nuevos territorios a lo largo del corredor del río, y su presencia en el Club Náutico San Isidro ya no es esporádica: socios y personal del lugar aseguran que la población creció de forma notable desde el verano.
“Están por todos lados y se reproducen aquí mismo”, reconocieron desde la administración del club. Por ahora, la única medida tomada fue la colocación de un cerco en la pileta, mientras los animales circulan con libertad en el resto del predio. “Incluso se ven muchos en el campo de golf”, agregaron.
Lejos de representar una amenaza inmediata, los carpinchos son en general bien recibidos por la comunidad del club, aunque empiezan a surgir dudas: ¿por qué están apareciendo en estas zonas? ¿Representan algún riesgo? ¿Pueden transmitir enfermedades o atacar?
Según especialistas, más que “llegar”, los carpinchos “volvieron”. Históricamente habitaron los humedales del norte bonaerense, pero la urbanización y la caza redujeron sus poblaciones. Ahora, con menos depredadores y entornos favorables —como barrios cerrados, clubes ribereños y campos con abundante vegetación y agua—, se están reinstalando.
Rubén Quintana, investigador del Conicet, explicó que no hay registros en Argentina de que los carpinchos sean vectores de enfermedades como leptospirosis o hantavirus, ni que hayan atacado a personas. “Pueden reaccionar si un perro se acerca a sus crías, pero fuera de eso, no representan peligro”, aclaró.
En Nordelta, donde la situación ya es crítica, se implementó un plan de manejo poblacional con anticonceptivos temporales aplicados a los machos alfa. Sin embargo, en San Isidro aún no se han tomado medidas similares, y la Dirección de Flora y Fauna bonaerense no recibió notificaciones oficiales sobre esta nueva presencia.
Mientras tanto, los carpinchos siguen ampliando su territorio a través de los ecosistemas ribereños del Luján y el Paraná. Con su paso tranquilo, se instalan entre embarcaciones y jardines, y obligan a repensar la convivencia entre naturaleza y urbanización.