Lo Último

Yoga, uno de los pilares de Club Nordelta

Con nuevos horarios en ambas sedes del Club, Mariana Pulisar y Juana Miñones explican un fenómeno que genera bienestar hace 15 años.

Mariana Pulisar y Juana Miñones son profesoras de yoga y prefieren hablar de “práctica” en vez de clase. Hace 15 años forman parte de la grilla de actividades del Club Nordelta, que ahora suma más opciones con la incorporación de la nueva Sala Ceibo en la Sede Colegios. Además de las prácticas de lunes a viernes en la Sede Central, los vecinos ahora pueden sumarse también lunes, miércoles y sábados en Sede Colegios.

Se conocieron en el profesorado de Carola Terreni, donde se recibieron en 2010. En ese mismo año, Mariana se acercó al Club para abrir un espacio y convocó a Juana, iniciando un proyecto que aún hoy sigue creciendo.

“La palabra yoga significa unión entre mente, cuerpo y espíritu. El cuerpo es visto como un vehículo para todo lo que somos”, explica Mariana, quien destaca la combinación entre el yoga físico y la filosofía del budismo tibetano como clave en su estilo. La respiración, la meditación y el trabajo reflexivo son tan importantes como las posturas físicas.

Cada práctica es diferente, y también cada persona. Las profesoras lo saben bien y trabajan con herramientas que permiten adaptar el ritmo a quienes recién empiezan o llevan años de experiencia. “Incluir a todos es un desafío en nuestro trabajo como profesoras”, señala Juana.

Con el crecimiento del Club, el yoga se transformó en un hábito saludable para muchos socios. “No solamente se mueve el cuerpo, sino que se reflexiona sobre el despertar de la conciencia y el autoconocimiento”, añade Mariana, quien destaca que vecinos mayores de 50 años encuentran en el Club una rutina que los conecta con el bienestar.

Ambas profesoras también organizan retiros de fin de semana en entornos naturales. La próxima edición será del 23 al 25 de mayo, como una oportunidad para profundizar en la práctica.

“Mi cambio fue a los 45 años. Trabajaba en el mercado financiero y en el periodismo económico. Venía de trabajos muy estresantes. Probé yoga y me encontré con un bienestar que antes no tenía”, recuerda Juana sobre sus comienzos.

Por su parte, Mariana cuenta: “Empecé después de perder a un ser querido, en una profunda crisis personal. Encontré en la espiritualidad un camino de sanación. A través del yoga y la meditación, logré trascender el sufrimiento y encontrar un sentido de paz y propósito”.

La propuesta de yoga sigue creciendo en el Club Nordelta, con nuevas franjas horarias y proyectos como “Entrenando tu bienestar”, que combina diferentes prácticas para que los vecinos profundicen su vínculo con el autoconocimiento.

- Advertisement -