Todos sabemos que uno de los grandes problemas en las ciudades son los residuos.
Aunque no lo pensemos a diario, sabemos que generan impactos ambientales y en la salud, costos económicos, por su transporte y disposición, e incluso, conflictos políticos, porque nadie quiere tenerlos cerca.
Sin embargo, en el día a día nosotros vamos juntando residuos, cerramos la bolsa, la sacamos a la vereda … y a partir de ahí dejó de ser nuestro problema.
¿Pero, realmente no es nuestro problema? ¿A dónde va esa bolsa que se lleva el camión?
Los camiones de casi todo el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) van al CEAMSE donde se van acumulando diariamente residuos que son tapados con nuevos residuos hasta que finalmente se cubre con tierra y se vuelve a empezar en el siguiente terreno.
El relleno sanitario actual se ubica a la vera del Camino del Buen Ayre, con parte del relleno dentro del municipio de Tigre.
O sea que ya geográficamente sí es nuestro problema.
¿Es malo enviar los residuos a un relleno sanitario?
No es ni bueno, ni malo: simplemente es la mejor solución que tenemos con la tecnología actual.
El principal problema es qué consideramos y desechamos como residuo, y cuánto generamos.
Un argentino promedio genera 1 kg de residuos por día. Este promedio esconde mucha disparidad, ya que la cantidad y tipo de residuo que generamos depende de muchos factores: edad, clase social, estilo de vida, niveles de consumo, si compostamos o elegimos productos con menos envases, entre otros.
De este kilogramo generado, siempre tomando datos estadísticos, unos 400 gramos son residuos orgánicos: restos de frutas y verduras, yerba, té, papeles y cartones sucios o húmedos, y otros similares.
Otro 40%, es decir, unos 400 gramos son residuos reciclables: botellas, cartones, papeles, plásticos, vidrios, latas, etc.
Y nos queda solo un 20% que es realmente residuo o “basura” (cartones, latas y plásticos sucios, gasas y residuos médicos, entre otros) que no se puede reciclar.
En otras palabras, de la “basura” que tiramos una mínima porción (sólo el 20%) es realmente “basura” y la mayoría son residuos que se podrían reciclar o compostar, evitando los costos sociales, ambientales y económicos que conlleva transportar y enterrar los residuos.
Sabiendo esto, la solución pasa por separar en nuestro hogar y enviar menos residuos al CEAMSE.
¿Cómo se hace?
Simple: en vez de uno, tener tres cestos de residuos: uno para reciclables, otro para residuos compostables y el último para “residuos verdaderos” o “basura” (los que terminaran en el CEAMSE).
En Tigre los reciclables se sacan una vez por semana y los retira un camión específico que lo lleva a un centro de separación y reciclado.
En https://www.tigre.gob.ar/urbanismo/recoleccion_domiciliaria se puede ver el día de la semana que nos toca según donde vivimos.
Sacando una vez por semana la bolsa de reciclables reducimos nuestros residuos casi un 50%. ¡La mitad de nuestra huella ambiental, social y económica se reduce!
Si además transformamos nuestros residuos orgánicos en compost, ya es muy poco lo que generamos: de un kilogramo por día por persona solo nos quedan 200 gramos por habitante, lo que representa un cambio grande y un beneficio importante para el planeta.
¿Cómo es en los barrios privados?
Lo que se explicó hasta aquí es aplicable tanto en casas, como en departamentos y oficinas ubicadas en la ciudad.
En los barrios privados las cosas son un poco diferentes. La legislación los considera, al igual que a los shoppings, grandes generadores de residuos y deben separar obligatoriamente y presentar un plan ante la provincia.
El plan de gestión de residuos de la mayoría de los barrios privados consiste en separar en residuos húmedos y reciclables, para lo cual utilizan bolsas o contenedores de diferentes colores. En residuos húmedos se incluyen los compostables y los no compostables. Los húmedos van al CEAMSE y los reciclables, enviados a cooperativas de reciclaje al igual que en el resto del Municipio
Un paso más en la gestión de residuos sería que los vecinos saquen separados los residuos húmedos compostables para que sean transformados en compost dentro del mismo barrio, y ese compost pueda ser utilizado en las áreas verdes comunes del barrio. Al igual que la producción de compost en el hogar, hacerlo en mayor escala en un barrio no es complicado.
En futuras notas vamos a explicar en detalle cómo hacer compost de forma fácil, limpia y efectiva. También que pasa con los reciclables que sacamos semanalmente: a donde van, en que se transforman, etc.
Por: Roberto Goldschmidt, Lic. en Gestión Ambiental – Miembro de Comunidad Verde y voluntario en la Reserva Natural Rincón de Milberg.
Juan Pino, Lic. y Prof. en Ciencias Ambientales – Emprendedor Sustentable y voluntario en la Reserva Natural Rincón de Milberg.