A menos de una semana del inicio de las clases presenciales en la provincia, la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense actualizó el protocolo para el regreso a las aulas.
El nuevo reglamento, difundido ayer a través de un comunicado, generó que muchos colegios tuvieran que ajustar a contrarreloj los esquemas para el ciclo lectivo de sus alumnos e informar las novedades a los padres, para quienes la rutina escolar es un factor determinante de su organización semanal.
“La modificación nos obliga a volver a diseñar los cronogramas y las burbujas. Debemos hacer cambios sustanciales en la propuesta”, comunicaron en un mail los directivos de un colegio privado de la zona norte del conurbano a las familias de sus estudiantes.
A diferencia del protocolo original para el regreso a las aulas, publicado en octubre de 2020 bajo el nombre “Plan jurisdiccional de la provincia de Buenos Aires para el regreso seguro a las aulas”, la actualización del documento no determina una cantidad fija de estudiantes por burbuja educativa, sino que establece que el tamaño de los grupos dependerá del tamaño de los espacios áulicos y del cumplimiento del distanciamiento social obligatorio: 1,5 metros entre estudiantes y 2 metros entre los mismos y sus docentes. Y lo principal: confirma que las jornadas deben ser simples, de cuatro horas, y que en caso de que una escuela aún no se encuentre en condiciones de garantizar la presencialidad de sus alumnos y alumnas -por problemas en la infraestructura o por la evaluación epidemiológica de la autoridad sanitaria-, adopte otra modalidad.
La actualización del protocolo también reformula los tres modelos de escolaridad permitidos: modelo presencial completo (los alumnos asisten todos los días a la escuela; la mitad, a la mañana, y la otra mitad, a la tarde); modelo semipresencial o combinado (los alumnos asisten a la escuela semana de por medio, de manera intercalada) y modelo no presencial.
Según voceros de la autoridad educativa provincial, cada escuela definirá el modelo a seguir en función de su infraestructura y de sus recursos humanos; en caso de necesitarlo, podrá combinarlos. Según las fuentes consultadas, los 16.000 establecimientos de educación obligatoria de la provincia no deberán presentar su protocolo para su aprobación. Sin embargo, la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense se ocupará de inspeccionar el correcto cumplimiento de las normas establecidas en todas las escuelas.
Para los directivos escolares consultados, la nueva forma de definir las burbujas educativas -según espacio disponible y distanciamiento social- es bienvenida. De acuerdo con el protocolo anterior, los grupos debían ser menores a 15 personas, lo cual para algunos, especialmente los que manejan escuelas de mayor alumnado, representaba un problema. “Este sistema es más coherente. Tenemos aulas grandes y, siguiendo las normas de distanciamiento social, podemos formar grupos de más de 15 alumnos”, destacó Teresa De Stefano, directora de Relaciones con la Comunidad del colegio Northlands, de Olivos y Nordelta. Lo mismo piensa Andrés Pallaro, representante legal del Colegio Internacional del Sur, en Berazategui, que planea utilizar espacios comunes, como el gimnasio y el comedor, para ubicar grupos de más de 15 alumnos.
“Como tenemos algunos cursos de 32 alumnos, el tope anterior de 15 estudiantes por burbuja era un problema. Ahora, podemos armar grupos de 16”, dijo Lucía Monsegur, representante legal del colegio Michael Ham, con sedes en Vicente López y Nordelta. Esta institución decidió armar un esquema de regreso a la presencialidad que mezcla los tres modelos propuestos por la autoridad educativa. Incluirá cuatro horas de clase por día y clases sincrónicas y asincrónicas en contraturno. También habrá clases no presenciales para los alumnos que sufren enfermedades de riesgo, conviven con familiares con enfermedades de riesgo o son contacto estrecho de coronavirus.
Fuente: La Nacion