Por Andrea Andriano*
Se trata de una oda al maximalismo nupcial que supo lucir Lady Di (Princesa Diana) en su boda llevada a cabo en la Catedral de San Pablo ubicada en Londres, el 29 de julio de 1981.
A principios de la década de los 80´, la boda entre la Princesa Diana y Carlos de Gales fue un hito en el universo modisteril. A la vista de millones de personas, se lució el vestido de Lady Di el cual fue replicado múltiples veces por diseñadores de todo el mundo a razón de su excelencia y majestuosidad.
La prenda cumplía con todo el protocolo para una futura reina. Contaba con velo, codos tapados, sin transparencias y un discreto escote. Fue diseñado y realizado por dos jóvenes e incipientes modistos, David y Elizabeth Emmanuel, escogidos por Diana dado que le habían realizado una blusa que la sorprendió tanto por el diseño como por su confección.
Se utilizó un género maravilloso, tafetán de seda color marfil satinado y antiguos encajes de la clásica firma textil Carnickmacross. Contaba con 10.000 aplicaciones de perlas y en el interior de la enagua, una herradura bordada en oro 18 quilates como símbolo de riqueza. Se utilizaron 140 metros de tul para el velo y tenía una cola de 8 metros de longitud.
Marcó tendencia tanto en oriente como en occidente. A partir de ese cálido día de verano, los vestidos de novia comenzaron a tener volumen en las mangas, cuellos victorianos y el uso del encaje que fue un elemento constante en los años venideros. En lo personal, tuvo éxito porque nadie pensaba que la tierna joven que se casaba con el heredero al trono de Inglaterra iba a tener un exceso de tal dimensión y opulencia.
Otro elemento destacable fue el ramo. Un hermoso diseño realizado en la misma floristería en la cual había pedido su ramo la reina Isabel II que marcó tendencia debido a su innovadora forma de gota. Además, estaba armado con una cascada de flores (rosas, gardenias, orquídeas y lirios) cultivadas en Inglaterra.
A mi parecer, en el camino al altar no fue asistida como corresponde ya que la cola del vestido quedó encogida y torcida, entre otros detalles. Sepa disculparme el cuerpo de Ceremonial y Protocolo de la Corona.
De todas maneras, el atuendo irrumpió tan fuerte en el mundo de la moda que lo convirtió en un estandarte para los vestidos de novia.
* Andrea Andriano – Diseñadora de Alta Costura, formada en Argentina y Paris, y consultora de Imagen. Supo tener su propio atelier en C.A.B.A durante 35 años realizando más de 3000 vestidos.
IG: https://www.instagram.com/andreaandrianocreaciones/
