Por Héctor Hugo Bregman*
Estas líneas se referirán a temas del fútbol, en especial a la mayor rivalidad que existe en nuestra sociedad: Boca-River.
Pero antes que continúe leyendo como autor de las mismas quiero advertirle que si usted es de los que creen que lo único que importa en el fútbol sucede dentro de la cancha durante los minutos de juego, entre los jugadores y el árbitro y concluye con un resultado, éstas líneas no serán de su interés.
No voy a referirme ni a la táctica de un entrenador, ni a la técnica de los jugadores, ni a un resultado. Pero si ud., como yo, cree que además de los avatares del juego en sí ocurren otras cosas alrededor del fútbol, que influyen en el juego y su resultado, creo que el contenido le interesará.
El título de la presente alude al silencio de dirigentes o allegados del llamado “mundo Boca” frente a los éxitos obtenidos por su clásico rival durante la llamada era Gallardo.
Bastará citar como ejemplo el episodio protagonizado por dos grandes referentes, cada uno de su equipo, el ex capitán de la selección Oscar Ruggeri hoy periodista y Enrique Hrabina ambos hoy ex jugadores, cuando en un programa televisivo el año pasado, al hablarse de los méritos del actual equipo de River, Hrabina dijo:” Sí pero todos sabemos que River tuvo “ayudas”, y la respuesta de Ruggeri fue: “no yo no sé nada de eso”. Hrabina indudable referente boquense optó por eludir aclarar a qué se refería. Tal vez a los hechos que usted leerá a continuación.
Como entiendo corresponde por honestidad intelectual dejo en claro que simpatizo con el club cuyos colores son azul y oro. Y apelo a su misma honestidad para que al evaluar lo que relataré no lo haga más que a la luz de la veracidad de los hechos que se consignan y no por el color de la camiseta preferida del autor.
Si es así y estamos tácitamente de acuerdo, lo invito, acómodese y lea, éstas líneas son para ud.
El ciclo presidencial de D´Onofrío en River comenzó en diciembre de 2013. Y la asunción de Gallardo como técnico de su institución data del segundo semestre del año 2014.
Al fallecimiento de Julio H. Grondona (30 de julio de 2014), le sucedió un tiempo de grandes desconciertos a nivel dirigencial local, que además trajeron una irremediable pérdida de poder e influencia a nivel internacional para nuestro fútbol. Y también se encaraman en la dirigencia local algunas personas no tan conocidas hasta entonces. Merece citarse a un dirigente llamado BURZACO, de poco conocimiento para el público pero que adquiere gran poder en la AFA.
Hasta entonces existía un claro predominio de Boca respecto a River, en lo estadístico en partidos entre ambos, como también en logros internacionales. Alcanzará con citar la llamada “era Bianchi” con sus conquistas que incluyeron Copas Libertadores e Intercontinentales.
Por su parte el club de Nuñez hacía poco venía de transitar un paso por la divisional B, y con graves dificultades económicas.
En ése contexto se produce la incorporación de Gallardo como técnico, llevado de la mano del presidente Donofrío.
Debemos recordar que el presidente argentino era el ex presidente de Boca, el ingeniero Mauricio Macri.
Al poco tiempo comienzan a producirse en los enfrentamientos entre ambos una reversión de la tendencia en materia de resultados. Tal vez por influencia de su nuevo técnico River comienza a jugar digamos más intensamente, con un estilo más parecido al que caracterizaba a su eterno rival, que el saber popular bautizó: jugar “a lo Boca”.
Pero esa “intensidad” trajo otras consecuencias. Por ejemplo en partidos amistosos un mismo jugador de River, provoca lesiones graves (fracturas) a dos jugadores de Boca, Martinez y Pavón, sin siquiera recibir sanciones acordes a sus faltas.
Además comienzan a sucederse errores de los árbitros que beneficiaban a River en los clásicos entre los máximos rivales. Solo por citar algunos: penal y expulsión de Gago, injusta según las imágenes televisivas en octubre de 2014; o corner mal concedido en cancha de Boca que deriva en gol de River, etc.
En ese contexto ambos rivales debían disputar el 14 de marzo de 2018 un partido en Mendoza por la llamada Supercopa.
Sorpresivamente el señor Gallardo consideró que su equipo debía salir a disputar el partido con la “guardia alta”, porque autoridades nacionales y futbolísticas eran simpatizantes de su rival.
Esta declaración, según Infobae la emitió el 5 de febrero de ese año con suficiente antelación para crear un malestar en los ámbitos políticos y futbolísticos. El presidente de River se pronunció a favor de esas declaraciones.
En síntesis: a los pocos minutos de comenzado el partido jugado en Mendoza el árbitro concedió un penal para River. Hasta hoy algunos periodistas lo consideran muy dudoso, por ej. el periodista Ladaga en un programa de ESPN expresó públicamente sus dudas sobre si existió la pena sancionada. El resultado favoreció a River. Pero veamos si la “inocente frase” del técnico de River tuvo algún otro efecto. A pocos días del partido podía leerse en la sección POLÍTICA del diario CLARIN una expresión muy clara referida al resultado del partido: “ ese resultado NO CAYÓ NADA MAL en la Casa Rosada”. Obvia interpretación: a Macri le cayó bien (políticamente hablando) no generarse conflictos con los simpatizantes de River, que obviamente también son votantes en elecciones.
Por ese entonces desde el periodismo una sola voz salió públicamente a denunciar la existencia de una campaña orquestada para perjudicar a Boca y favorecer a su rival.
El periodista aludido HORACIO ZAMUDIO es también abogado, expuso en base a su información CÓMO FUE GENERADA esta campaña de favores al club de Nuñez.
Esa nota fue emitida en un programa partidario, que se llama: “Boca de Selección”, siendo su conductor Daniel Mollo y su contenido fue ignorado convenientemente por el resto del periodismo.
Corresponde se mencione la crónica aludida porque fue la ÚNICA en mi conocimiento, que reveló en forma clara una connivencia llamativa como explicación para todos los “beneficios arbitrales” ya enumerados en el presente. Y tiene el enorme valor de ser CONTEMPORÁNEA a los hechos.
En síntesis recuerdo que en la misma dijo el mencionado, que a raíz de las vivencias desfavorables que habían sucedido a River fundamentalmente su descenso y en atención a la época triunfal de Boca (Bianchi), entre algunas personas muy influyentes simpatizantes de River decidieron “aliarse para devolver a River” al lugar que ellos consideraban merecía tener.
En atención a ello explicó se aliaron el dueño de un medio televisivo, AVILA, de origen casualmente paraguayo como el máximo dirigente de la Conmebol, con un dirigente el ya mencionado Burzaco, con gran poder en la AFA de aquél entonces, que obviamente alcanzaba para influir en los arbitrajes. El mérito de la investigación corresponde al citado periodista. Supongo la nota aun permanecerá en poder de su autor y/o del medio que la difundió.
En mayo del 2015 debían enfrentarse en partido revancha por la llamada Copa Sudamericana, en cancha de Boca ambos rivales. Boca necesitaba ganar para pasar de ronda en una copa de menor importancia al lado de la tradicional Libertadores.
En ése partido que pasó a la posteridad con el nombre del “gas pimienta” un socio y simpatizante boquense no tuvo mejor idea que arrojarle gas pimienta a los ojos de varios jugadores de River en el pasillo que conduce de los vestuarios a la cancha, cuando se dirigían a disputar el segundo tiempo.
En un hecho sin precedentes sin duda de carácter cuasi delictivo y absolutamente repudiable, el presidente de River, en una actitud que no registra precedentes salió de su palco e ingresó al campo de juego, acompañado por el ya aludido Burzaco ( hay fotografías de ambos dentro del campo de la Bombonera).
Conclusión de ése episodio: el árbitro habiéndose constatado las lesiones sufridas por varios integrantes del plantel de River suspendió el partido sin iniciar el segundo tiempo.
Evidentemente Boca como club local debía ser considerado responsable del gravísimo episodio. Pero resultan significativos algunos hechos poateriores.
Según muchos testimonios de la época, en forma inmediata, era un partido nocturno, el presidente de River acompañado por el abogado de su institución viajó a Paraguay, sede de la Conmebol a solicitar que el partido NO CONTINUASE, lo que automáticamente aseguraba la clasificación de su institución a la ronda siguiente.
De nada valieron las argumentaciones posteriores de Boca, ofreciendo continuar el partido para lo que, también es cierto, debían postergarse otros partidos del torneo ya programados para la semana siguiente.
La Conmebol, haciendo caso omiso del viejo principio reiteradamente recitado: “los partidos se ganan en la cancha”, sentó un precedente al definir el tema. Dejó de lado ese principio deportivo y declaró que el partido había finalizado dando por perdido el partido a Boca por los incidentes detallados.
Este antecedente tendria gran importancia tiempo después ante un evento de mucha mayor importancia, donde altas autoridades del fútbol resolvieron en forma totalmente opuesta. Pero todo a su tiempo.
Habrá existido otro motivo para el fallo de la Conmebol que eliminaba a Boca de la competencia? Algunos lo relacionan con una idea que habría tenido el ex presidente de Boca, el “tano” Angelici de conformar un torneo donde solo intervendrían los equipos más populares del continente.
No puede soslayarse que un evento de tal naturaleza hubiese restando muchísimo al poder económico de la Conmebol, ya que serían los clubes organizadores los que recaudarían y dividirían los porcentajes por ingresos de diferente origen: venta de entradas y publicidades en los estadios, derechos de televisación de los partidos, etc, a la par que los eventos internacionales que quedarían para la Conmebol hubiesen perdido atractivo y privado a la entidad, en realidad a sus dirigentes, de sus lucrativos negocios respectivos.
Obviamente detectado que el señor Angelici era el principal impulsor de la idea, el conflicto dirigentes de la Conmebol (con el paraguayo Alejandro Dominguez a la cabeza), contra el presidente de Boca, Angelici, y contra la popular institución argentina se manifestó claramente.
Como palmaria evidencia de lo expuesto, tiempo después, cuando la AFA designó cuatro representantes ante la Conmebol para diferentes cargos, el ÚNICO de los designados que tuvo “problemas reglamentarios” para su acreditación por la entidad que rige el fútbol continental fue el propio Angelici.
La frutilla del postre se produjo al disputarse la Copa Libertadores del año 2018. Aclaración necesaria: no se cuetionará como quedó dicho la legitimidad del triunfo de River DENTRO de los límites del campo de juego, no se analizarán más que los aspectos formales y reglamentarios del contexto. Todo lo que influyó indudablemente en el resultado.
El derrotero de River en aquella Copa incluyó una primera ronda donde se clasificó a la siguiente fase, superando a Flamengo, Santa Fe y a Emelec.
A continuación se enfrentó con Racing de Avellaneda, en partidos mano a mano.
Y acá ya comienzan las situaciones cuestionables, donde se advierte la influencia “exterior” (CONMEBOL)
Recordemos: El jugador Zuculini tenía una sanción pendiente desde 2013 que le impedía jugar en cuatro (4) partidos del torneo. Ya había cumplido dos, previos a ésta instancia en análisis. En síntesis debía cumplir dos más.
Justo es reconocer que River remitió una nota a la Conmebol, pero la misma es POSTERIOR a haber utilizado al jugador antes de los partidos con Racing (jugó contra Flamengo y Emelec) . Es decir la irregularidad antireglamentaria ya estaba configurada.
La CONMEBOL en otro de sus clásicos “errores” (que casualmente siempre favorecieron a un solo equipo) determinó violando sus propios reglamentos que la sanción se cumpliese en los dos partidos SIGUIENTES. Y al respecto el reglamento de la propia Conmebol es MUY CLARO: son de aplicación sus arts. 7 inc.f; el 11 inc. 3; y también el 19, éste último decisivo ya que influyó claramente en la propia definición del torneo.
En síntesis y para no andar con rodeos: River debió haber sido reglamentariamente DESCALIFICADO y apartado de esa competencia por esa mala inclusión. La Conmebol debió haber actuado de OFICIO. Como se consigna precedentemente se benefició a un solo equipo violando el reglamento. Y así River continuó su marcha triunfal ese año.
Pero luego existieron otras “irregularidades”, que obvio continuaron beneficiando “casualmente” al club de Nuñez.
Resulta difícil omitir en el análisis lo ocurrido en el siguiente enfrentamiento que disputó River, siempre partido y revancha, contra Independiente de Avellaneda. Hasta hoy todo el periodismo independiente ha aceptado que hubo una clara infracción que merecía haberse sancionado como penal por un foul de Pinola (River) contra el jugador Benites. Fue tan obvia que no existieron dudas en todo el periodismo en calificarlo. Obviamente lo vieron todos menos el árbitro designado por la Conmebol. Y River siguió adelante.
El siguiente rival fue el Gremio de Brasil en semifinales. Sorpresivamente luego de ser derrotado en la Argentina (1 a 0) River triunfó en la revancha como visitante. La conclusión es que River se clasificó a la final. Una final inédita ya que por la otra zona se clasificó Boca.
Y comienza uno de los episodios que ha quedado marcado indeleblemente por los hechos que lo constituyeron. Y merece un capítulo aparte.
LA FINAL DE MADRID.-
Como muchos recordarán el partido final de esa serie debía disputarse en el estadio de River. Ese día, el micro que llevaba a los jugadores de Boca al Monumental y la comitiva de seguridad que lo acompañaba fueron agredidos a varias cuadras del estadio, emboscados en realidad por hinchas identificados con los colores de River.
Se alegaron situaciones internas del club de Nuñez, como por ej. que el día anterior se había desmantelado una organización de la barra que falsificaba y vendía entradas entre otros delitos.
Pero como la situación fue a varias cuadras del estadio, era clara la eventual responsabilidad de la ciudad de Buenos Aires, cuyo ministro de Seguridad a los pocos días fue reemplazado.
Como consecuencia de esos incidentes quedaron lesionados un jugador titular y un suplente de Boca, además de haber sufrido todos los afectados una crisis de nervios ante el ataque de esa verdadera horda con piedras y otros objetos para su agresión. No pueden desconocerse las posteriores declaraciones del chofer y demás acompañantes.
Casualmente el jugador titular herido lo fue en un ojo (con una piedra, no con gas de efecto pasajero como en la Boca). El jugador lesionado en su visión y el suplente también herido debieron requerir ser conducidos a un nosocomio y debían ser trasladados en ambulancia.
Al llegar a los vestuarios todo el plantel y cuerpo técnico de Boca obviamente DECIDIERON que ellos NO JUGARÍAN ese día cómo estaba programado y así lo comunicaron a los directivos.
Debe destacarse que dada la importancia del evento se encontraban ese sábado por la tarde en el estadio además de las más altas autoridades de la Conmebol, encabezados por su presidente Alejandro Dominguez, el señor presidente de la FIFA, Infantino.
El presidente de Boca, el conocido y ya aludido “tano” Angelici, informado de los incidentes ocurridos fuera del vestuario concurrió a ver a sus jugadores, quienes según varios testimonios coincidentes le dijeron claramente que NO JUGARÍAN en ese estado el partido. El presidente se retiró a encontrarse con todos los dirigentes presentes y ponerlos al tanto de lo que se vivía en el vestuario.
La reacción fue casi instantánea: el presidente de River, aun entendiendo y expresando su pesar por la agresión insistió que el partido debía jugarse igual ése día. Y lo hizo en un tono que no dejaba dudas el partido debía JUGARSE DE CUALQUIER MODO. Es decir, a la inversa que lo resuelto en ocasión del partido del “gas pimienta” el partido debía JUGARSE DEPORTIVAMENTE. La coherencia en las decisiones seguramente se preguntará usted: no se la pida a la dirigencia del fútbol, ni la nacional ni la de la Conmebol. La Justicia deportiva tampoco.
El presidente de Boca hizo verificar el estado de sus jugadores, que fue CORROBORADO por los veedores oficiales de la Conmebol. Y comenzó una verdadera telenovela de la que solo conocemos parcialmente lo que ocurrió.
En efecto. Comenzaron las presiones de los dirigentes del exterior, tengamos presente que el propio presidente de la FIFA vino especialmente a asistir al partido.
Sospechosamente mientras esto ocurría, los espectadores estaban llenando el estadio con público local únicamente, y llegó la ambulancia para retirar a los dos jugadores de Boca heridos. Y debemos consignar que dicha ambulancia con una médica adentro a la salida, con los dos jugadores de Boca en su interior también fue agredida con piedras que algunos refirieron provenían de dentro del estadio del sector alto, es decir de las tribunas. Ese episodio del cual poco se ha difundido es otro que está contemplado en el Reglamento de la Conmebol como de plena responsabilidad del club LOCAL (River) y su sanción conllevaba la posible descalificación del club del torneo, por cuanto la responsabilidad en cercanías del estadio es ÚNICAMENTE DEL LOCAL (art. 19 del Reglamento de la Conmebol).
El estado de confusión era muy grande. Los jugadores y técnicos de Boca insistían que no estaban en condiciones de jugar.
Se recuerda aun que, sin importar la situación de los jugadores ni saber cómo reaccionaban los dos jugadores que habían sido trasladados, el presidente de River dijo públicamente que el partido se jugaría AL DÍA SIGUIENTE.
El periodismo no sabía qué ocurría realmente porque no se conocían los pormenores de las consultas. Muchos especulaban que el mismo INFANTINO, con la “complicidad” de Dominguez, recordar que el evento tenía la supervisión de la Conmebol, presionaba al presidente de Boca. Alguno indicó que se comunicaron con el presidente de la Nación Mauricio Macri. Hasta hoy no se conoce si en verdad existieron o no presiones desde la máxima autoridad de la FIFA a Macri (por ej. “amenazando con quitarle a la Argentina la organización del campeonato Mundial del 2030 gran anhelo político de Macri).
En definitiva ni Macri ni quien debía informar claramente como presidente de Boca es decir Angelici, han revelado hasta hoy si efectivamente existieron esas presiones y en qué consistieron.
Lo cierto es que mientras el plantel, jugadores y cuerpo técnico de Boca dijeron que NO JUGARÍAN el partido, tanto el presidente de River como el de la Conmebol insistían en que DEBÍA JUGARSE.
Como concesión accedieron a postergar el partido, y en una verdadera maniobra con fines de presión, el presidente de River comunicó por todos los medios a su alcance que el partido se JUGARÍA AL DÍA SIGUIENTE y convocó a los espectadores a concurrir al estadio.
Mientras tanto los jugadores de Boca habían planteado todo lo expuesto a sus dirigentes. Pero el estado de los jugadores de Boca, la agresión sufrida, etc a NADIE importaba.
Quedaba claro que todos sabían que River debía ser considerado reglamentariamente responsa-ble por la agresión a los jugadores heridos de Boca, por el estado de los jugadores, pero en ése momento a la inversa de lo ocurrido con el gas pimienta se invocó que los partidos “no se ganan en el escritorio-“
Y aquí una pequeña “perlita”. Como sabemos el partido no se jugó ese domingo. Al día siguiente, el lunes el programa televisivo del canal antes referido, de propiedad del señor Avila (TYC SPORT), y dedicado exclusivamente al Deporte, comenzó su programa central, donde se debatía de fútbol con el ingreso del más reconocido periodista simpatizante de River (Leo Farinela) a los gritos: “DEBE INTERVENIR MACRI, TIENE QUE INTERVENIR MACRI” la grabación debe estar en el archivo de TYC. Poniendo en claro que ¨River siempre tuvo en mira INFLUIR en la situación política a través del cargo del ex presidente de Boca (recordemos el antecedente de años antes con “la guardia alta”).
En síntesis: si se hubiese cumplido el Reglamento de la propia Conmebol, River debió haber sido descalificado por sus varias irregularidades ya mencionadas.
El resto es hoy historia conocida. Se pactó jugar el partido en Madrid el 9 de diciembre. Los jugadores y cuerpo técnico de Boca debieron entender que eran meros empleados del club, y estaban obligados a cumplir las directivas de presentarse a jugar el partido, quisieran o no, estaba claramente expuesto cuál era su verdadero deseo.
No terminó allí la “influencia” de la Conmebol. También designó a un árbitro de nacionalidad paraguaya (vaya casualidad) quien en una muy discutible decisión expulsó a un jugador de Boca, el colombiano Wilmar Barrios, casi recién comenzado el tiempo suplementario cuando más se necesitaban jugadores que corrieran, característica fundamental del jugador expulsado. Boca quedó con un jugador menos y River venció 3 a 1.
Casi inmediatamente, y en medio de festejos lógicos por parte de los simpatizantes de River, comenzaron a circular por las redes fotos en las que se veían a personas que se decía en los mensajes eran familiares del presidente de la Conmebol, que habitarían en el Norte de nuestro país, con atuendos (camisetas de River) y festejando.
Mientras los hinchas de River festejaron largo tiempo ese logro y ello contribuyó a elevar a lo más alto a Gallardo, en Boca comenzó una etapa de crisis institucional y futbolística que dura hasta el presente.
Muchos jugadores debieron abandonar el club (algunos por deseo propio y otros por imposición dirigencial). El técnico de aquél tiempo, el mellizo Barros Schelotto, decidió marcharse a nuevos horizontes (EEUU) y dejó una frase que para quienes debían interpretarla aumentó el misterio: “Me voy y me callo porque si hablo…..”
Hasta aquí los hechos. Qué ocurrió luego de aquél evento?
Reiterados cambios de técnicos y jugadores en Boca, ninguno de ellos consiguió consolidarse. Cambio de comisión directiva, asumió Jorge Amor Ameal, con el imprescindible aval de ser acompañado por el máximo ídolo Juan R. Riquelme.
Y aquí una frase que no se aclaró debidamente, dijo Jorge Amor Ameal reiteradamente: “si yo hubiese sido presidente el partido de Madrid no se jugaba, traía el equipo del Monumental directo a la Bombonera y dábamos la vuelta Olímpica”.
Curiosamente nadie o muy pocos periodistas pidieron precisiones sobre esa expresión del PRESIDENTE de Boca Juniors.
Y aquí una imprescindible aclaración: hasta aquí lo ocurrido fáctica y reglamentariamente, todo lo que ud. podrá analizar cómo mejor lo evalúe. Pero en ningún caso más allá de la indudable influencia externa, los actos internos de Boca- institución no son responsabilidad ajena. Boca Juniors institución deberá ponderar sus actos y cómo los mismos han incidido en sus resultados deportivos frente a los hechos descriptos. Eso es responsabilidad de Boca institución.
Por último y no menos importante, éstos últimos años hemos podido ver cómo el inconcebible ánimo adverso hacia Boca que existe en el poder de la Conmebol ha sido puesto nuevamente en evidencia: no se registran antecedentes desde la instauración del VAR, que un mismo equipo haya sufrido la anulación de goles en dos partidos consecutivos que lo hubiesen clasificado a la siguiente instancia de la Copa Libertadores como lo padeció Boca ante Atlético Mineiro. Hacen falta más pruebas?
Pero llegado éste punto es interesante consignar lo peligroso, no solamente para Boca, de las decisiones que se toman hoy en Asunción. El fútbol argentino TODO es perjudicado permanentemente. En la anterior Copa América (no la última en que se consagró campeón) nuestro seleccionado fue netamente perjudicado en el partido contra Brasil. La indignación de ese gran jugador que es Messi, generalmente medido y no grandilocuente lo puso en evidencia con sus declaraciones luego de sufrirlo. Consecuencia: desde la Conmebol no vacilaron en suspenderlo por 4 partidos, situación que motivó que la AFA debiera encomendar a un abogado para ocurrir ante Tribunales internacionales para disminuir su sanción y contar con Messi en partidos claves de nuestra selección. Los costos fueron pagados por la AFA. Nuestros dirigentes? Bien gracias, callados.
Esta situación de verdadera parcialidad antiargentina, ya no solo contra Boca, es la que deviene del “vuelco hacia Brasil” el gran y poderoso económicamente al que se apoya sistemáticamente desde Asunción.
Hasta aquí los hechos. La interpretación suya es su privilegio. Usted concluirá si la campaña triunfal del River de Gallardo tuvo o no “ayuda” externa. Si su conquista fue o no legítima. En síntesis si es o no un LEGÍTIMO campeón. La respuesta reitero es totalmente suya.
Y el interrogante sobre porqué calla el llamado “mundo Boca” frente a todo lo expuesto, solo se explicaría pero no se justifica, por el temor a que se lo siga “persiguiendo” con fallos arbitrales, con sanciones injustificadas por su magnitud, mientras el fútbol continental siga presidido por dirigentes parciales y arbitrarios, como los actuales con residencia en Paraguay. resulta legítimo preguntarse ¿ HASTA CUÁNDO?
Por Héctor Hugo Bregman – Abogado, periodista deportivo, árbitro del TRIBUNAL DE ARBITRAJE DEPORTIVO (TAD), miembro de ALADDE, miembro del Instituto de Derecho del Deporte del C.P.A.C.F. Integrante del Foro de Abogados especialistas de la Propiedad Horizontal-