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Papa Francisco: La guerra en Ucrania, una inmensa tragedia humanitaria

Francisco advirtió que “una vez más, la humanidad se ve amenazada por un abuso perverso del poder y de los intereses de parte, que condena a gente indefensa a sufrir toda forma de brutal violencia”.

El papa Francisco volvió a refererirse al drama de la guerra en Ucrania, a la que definió como “una inmensa tragedia humanitaria” y un fracaso de la política y de la humanidad, y lamentó que esa situación en el este europeo esté condenando “a personas indefensas a una violencia brutal”, especialmente niños y mujeres y hombres que defienden esa tierra.

El pontífice se dirigió de este modo a monseñor Gintaras Grušas, arzobispo de Vilnius y presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CEEE), con motivo de la apertura de las Jornadas Sociales Católicas Europeas, organizadas en Bratislava junto con las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (Comece) y la Conferencia Episcopal Eslovaca.

“Lo que estamos viviendo en estas últimas semanas no es lo que esperábamos después de la difícil emergencia sanitaria provocada por la pandemia, que nos hizo experimentar un signo de impotencia y miedo, junto con la fragilidad de nuestra existencia”, expresó el pontífice en el comienzo de su mensaje.

“La tragedia de la guerra que está teniendo lugar en el corazón de Europa nos deja atónitos; nunca habríamos pensado volver a ver tales escenas, que recuerdan a los grandes conflictos bélicos del siglo pasado. El grito desgarrador de ayuda de nuestros hermanos ucranianos nos insta, como comunidad de creyentes, no sólo a reflexionar seriamente, sino a llorar con ellos y a hacer algo por ellos; a compartir la angustia de un pueblo herido en su  identidad, en su historia y tradición. La sangre y las lágrimas de los niños, el sufrimiento de mujeres y hombres que están defendiendo su propia tierra o huyendo de las bombas sacuden nuestra conciencia”.

En este sentido, el Papa advirtió que “una vez más, la humanidad se ve amenazada por un abuso perverso del poder y de los intereses de parte, que condena a gente indefensa a sufrir toda forma de brutal violencia”.

Francisco agradeció a los prelados la inmediata intervención humanitaria en favor de los refugiados e instó a seguir rezando, “para que quienes tienen en sus manos el destino de las naciones no dejen nada sin hacer para detener la guerra y abrir un diálogo constructivo que ponga fin a la inmensa tragedia humanitaria que está provocando”.

El pontífice insistió en afirmar que nunca antes había sido tan urgente como hoy “revisar el estilo y la eficacia de la politica”, para “hacer posible -citando la encíclica Fratelli tutti- el desarrollo de una comunidad mundial, capaz de lograr la fraternidad a partir de pueblos y naciones que vivan la amistad social”.

Y expresó su deseo de que la guerra, que “deja al mundo peor” y es “un fracaso de la política y de la humanidad, una entrega vergonzosa a las fuerzas del mal”, provoque en este sentido una reacción contraria, un compromiso para refundar una arquitectura mundial de paz, donde la casa europea, nacida para garantizar la paz después de las guerras mundiales, tenga un papel primordial.

El Papa exhortó entonces, como cristianos y como ciudadanos europeos, a llevar a cabo con valentía la reconstrucción de la casa común, convirtiéndonos en “artesanos de la comunión, tejedores de unidad en todos los niveles: no por estrategia, sino por el Evangelio”.

En otras palabras, afirma Francisco, “es necesario volver a empezar desde el corazón mismo del Evangelio: Jesucristo y su amor que salva. Quien ama supera el miedo y la desconfianza hacia quienes llegan a nuestras fronteras en busca de una vida mejor: si acoger, proteger, acompañar e integrar a tantos hermanos y hermanas que huyen de los conflictos, el hambre y la pobreza es justo y humano, es aún más cristiano”.

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