Debido a las nuevas restricciones impuestas por el ejecutivo nacional, desde La Troncal nos comunicamos con Porco Restaurant para que nos brinden su opinión al respecto y nos cuenten como planean enfrentar esta segunda ola de pandemia y sus restricciones consecuentes.
Con indignación Geremias Bibbo de Porco Restaurant indicó: “Nos hizo pelota. No volamos por los aires porque creemos que estas restricciones van a ser por solo dos semanas” y agregó, “en el caso que, como todos suponemos, esto se extienda, ahí sí estaremos en un estado de emergencia absoluta. La realidad es que muchas opciones no podemos barajar porque dependemos de un tipo que se sienta en una silla y dice ser el rey y hace y deshace lo que quiere, sin importar las consecuencias que eso trae”.
Explicó al respecto de su situación: “Nosotros tenemos una cadena que arranca desde el pequeño productor que trae las cosas hasta acá, se manufacturan, se compran, se venden. O sea que no es solamente que la gente deja de comer, se pierden un montón de pasos en el medio, por lo que ya hemos tenido que hacer recortes en el personal y en la seguridad que teníamos privada”.
En relación a qué medidas adoptaron el año pasado precisó: “Hicimos unas pastas, para llevar, bastante interesantes que se vendieron muy bien y eso nos ha dado un respiro el año anterior y además de eso arrancamos almuerzo. El tema es que no podemos usar el interior del restaurant, por lo que en caso de que llegara a llover o a hacer frío o mal clima, no podemos usar ni el treinta por ciento del restaurante, un desastre”.
Al respecto de cómo se preparan actualmente refirió: “Abriremos de lunes a lunes con almuerzo, con la misma carta que tenemos. Agregaremos un menú ejecutivo. Después de las cuatro de la tarde, que cierra la cocina, se podrá venir a tomar el té, utilizar nuestro parque, ya que tenemos un parque muy extenso y la gente se puede quedar hasta el último momento en que se pueda quedar, que calculamos será hasta las 19 horas”.
“Estoy bastante enojado, al igual que muchos otros restaurantes de la zona. Habíamos hecho mucha inversión, habíamos hecho un protocolo increíble, había una distancia entre metro y medio y dos metros por mesa, se les tomaba la temperatura al entrar, alcohol en gel, se pedía que usen barbijo. El personal todos los días se tomaba la temperatura y hasta pusimos una alarma que suena cada una hora para lavarse las manos y no tuvimos ni un solo caso de Covid. Siento que todo ese esfuerzo fue para nada”.
“Entendemos, por supuesto, el problema sanitario, pero si nos organizamos mejor podemos hacer las cosas más viables para todos. Nadie está pensando en hacerse rico, pero si, al menos, sobrevivir”
“Lo que nos queda ahora es hacer la caja que se pueda para tratar de solventar los sueldos, otra vez atrasarnos con los impuestos, con los gastos municipales, una tristeza absoluta”, concluyó.