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PORTOFINO – Liguria

Por Silvana Salvucci*

Hay lugares en el mundo románticos, pero como este ninguno o pocos. Y como dice la canción (ojalá puedan escucharla) encontrar el amor en Portofino es tal vez suerte, se las deseo 💋

Estando en Camogli, que queda a 13 km de Portofino y a menos de 10 minutos en tren, decidí ir en tren. El recorrido es corto, prácticamente es todo túnel, y se llega a Santa Margherita Ligure.

Desde Santa Margherita tomé el colectivo que iba a Portofino que queda a solo 5 km. Yo me decía en el viaje, menos mal que no vine en auto, porque los chóferes son locos y el camino angosto y sinuoso.

Aquí les dejo a Dalida que los pone en tema con «I found my love in Portofino». ¡Nada mal encontrar allí el amor!

Es preciosa la vista desde lo alto cuando el colectivo está llegando.

En época romana se la llamó «Portus Delphini». Antaño fue un puerto de pescadores, pero hoy es un centro de turismo de élite.

La parte antigua conserva la estructura de una colonia romana.

Lo más destacado es la Iglesia de San Gregorio, el oratorio de la Confraternidad de N. Señora Assunta del Faro, y el castillo Brown sobre un promontorio a la entrada de la bahía.

El paseo es muy corto ya que la cala es muy pequeña y no es una ciudad donde haya muchas cosas para ver, solo hay que disfrutar la belleza de ese lugar que es una postal de ensueño. Está rodeada de restaurantes, negocios de joyas y ropa de marca.

Quería almorzar, elegí un restaurante en el que había bastante gente, al lado del mar, en la cala más famosa del mundo.

Restaurante «U Magazin», en 34 Calata Marconi. El cielo celeste, el sol brillando, el mar esmeralda, los spaghetti alle vongole sabrosisimos, y para brindar, una copa de Chianti Classico 2012, Riserva, Capannelle. ¡Que más se puede pedir!

Había venido a Portofino por lo menos tres veces. Estamos en el año 2018 y el recuerdo que tenía de este lugar era de algo más glamoroso. Ahora el turismo es masivo y algunas cosas pierden el encanto de lo oculto. Lo que no ha cambiado es todo lo que me rodea, que sigue siendo tan bello, que tengo que respirar hondo para descomprimir el pecho. Lo que se llama Síndrome de Stendhal.

De estos pequeños paraísos Italia está llena. Su geografía ha sido bendecida y nosotros somos los beneficiados.

El regreso fue algo divertido. El bus re lleno. Los pocos italianos se hacían bromas de una punta a la otra del bus. En las curvas le gritaban al chófer o lo aplaudían y hacían lo mismo cada vez que bajaba alguien.

A Portofino se puede venir y recorrerlo en medio día, piensen que la población es de 530 habitantes, pero en mi opinión es una pena. Un consejo, si es que pueden, no vengan en temporada alta porque no se puede caminar de la cantidad de gente y todo esta lleno.

Buona vacanza.

Por Silvana Salvucci
Autora de Recorre Italia

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