Por Silvana Salvucci*
Ravenna es una preciosa ciudad donde encontrarán los mas bellos mosaicos bizantinos. Borges le hizo honor con un cuento. Ciudad de gente elegante y culta, y du cocina es deliciosa.
Si no conocen Ravenna cuando vengan a Italia deberían venir. Yo estuve varias veces, la conozco muy bien, pero cada vez que vengo me sorprende con algo nuevo (puede que sea repetitiva, es que me maravilla la creatividad de este pueblo).
Ravenna es famosa por sus mosaicos bizantinos declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
En esta oportunidad, año 2018 venía desde Bologna que queda a 80 km.
Llegada a Ravenna la esperé a mi sobrina el el Caffé della Lírica, en Vía Lírica 23, donde los cafés son pequeñas obras de arte y la pastelería no les digo. Ya estuve el año pasado. Y así para mí comienza cada tour.
El centro histórico es todo peatonal, es muy fácil de recorrer a pie o en bicicleta.
Es una ciudad antigua y señorial y una de las de más alto standard de vida de Italia. Se nota en el buen gusto en la ropa y ni que hablar de los zapatos y carteras. Estoy asombrada y no puedo creer los zapatos con taco de vértigo que usan todo el día las italianas (¡¡¡ya me provocan envidia!!!).
Ravenna tiene una historia muy rica, poblada de personajes ilustres que la llevaron a ser la capital del imperio romano.
Durante el reinado de la Emperatriz Galla Placidia años 424-450 d C, se construyó una nueva muralla de 5 km de perímetro de la que quedan en pie, casi todas las puertas construidas.
Sus iglesias de estilo bizantino son de las mejor conservadas que he visto y los mosaicos del Siglo V y los pisos del Siglo IV se cuentan entre los más bellos del mundo.
Una de las ocupaciones de los locales es descubrir donde se come bien o donde tomar un muy buen café. Así que mi sobrina me llevo a tomar el desayuno a un nuevo bar “Caffé della Lirica». Preciosa toda la decoración, con muchas obras de arte y mucho cristal. Ni que decir del café del que los italianos hacen no solo un culto sino todo un arte.
Les sugiero empezar la visita por la Basílica de San Vitale, que se empezó a construir en el año 547 d C. Los mosaicos son magníficos y la basílica es enorme y nos deja totalmente atónitos, su belleza es indescriptible y a mí me faltarían las palabras para describirla. Será mejor que ustedes los vean.
Saliendo de la iglesia y atravesando un jardín se llega al mausoleo de Galla Placida, que fue construido para la emperatriz en los años 425/430 d C y es donde debería haber sido sepultada.
El pequeño recinto es una joya. Esta íntegramente recubierto por preciosos mosaicos con escenas que representan animales y palomas, y del Buen Pastor, todo de color azul profundo y dorado. La única luz que posee, son 3 o 4 aberturas cerradas por láminas de alabastro. Son los mosaicos más antiguos de Ravenna, cuando todavía no tenían influencia bizantina.
Entre la basílica y Piazza del Popolo podemos pasar a ver una torre inclinada, Torre Cívica construida en el siglo XII. Tiene una altura de 39, para alivianarla en el año 2000 se le quito la parte superior. Debe su inclinación de más de dos metros a su cercanía con el río Padenna.
Ya saben que la hora de la comida es sagrada, así que fuimos hasta la Piazza del Popolo donde es obligatorio sentarse ya sea para un aperitivo o para almorzar. Nos sentamos en el Caffé Tazza D’Oro. Compartimos una tabla de fiambres y quesos locales, Campari con naranja, y unos ricos cafés. Y nos dedicamos a mirar a la gente, relajada y sonriente.
Adoro esta plaza, porque me recuerda a Borges y donde Teodorico dejó el emblema de su corona en uno de los capiteles de una de las columnas del pórtico, que en el año 520 d C. hizo de esta ciudad el centro del imperio romano.
Debo este conocimiento a la Sra. Lina Mundet profesora del taller literario Mallea, que nos hizo leer a Borges y analizar el cuento El Guerrero y La Cautiva.
Muy cerca de la plaza en la Vía Gian Bauttista Barbiani se halla la iglesia de Santa Eufemia, por donde se accede a “La Domus Dei Tappeti di Pietra», (La Casa de los Tapices de Piedra). Un palacete bizantino del año V-VI d C.
Yo sentí que nuestra cultura todavía no alcanzó los niveles de sofisticación que tenían los antiguos romanos (a pesar de que no tenían, luz y otros adelantos tecnológicos) disfrutaban de la belleza del entorno y de lo que creaban, porque si no es inexplicable que se hallen Domus, (que significa casa) con un diseño como este. Se llama así porque sus pisos parecen verdaderos tapices. Se encuentra a tres metros bajo el nivel de la calle. Todos los ambientes, que son 14 estaban rodeados de jardines y una calle tapizada de enormes piedras por la que se accedía. Fue descubierta por casualidad excavando en un jardín para hacer un garaje (por supuesto, el garaje esperó) eso fue en el año 1993, recién en el año 2002 se abrió al público. El trabajo que han hecho es monumental, ya que se encuentra a tres metros bajo el actual nivel de la calle.
Volvimos por la Vía Cavour, calle de negocios elegantes. Llegando cerca de la Piazza Andrea Costa pasamos por el mercado cubierto, con lo inimaginable de cosas deliciosas y en variedad asombrosa. También la iglesia de San Doménico, construida en el siglo XIII, de una sobria y bella fachada, ahora es un centro de exposiciones, Urban Center.
Estábamos cansados, por suerte teníamos el auto para volver a casa, donde nos esperaban para ir a cenar.
Fuimos a cenar a un restaurante elegante y casi sofisticado, Restaurante Alexander, sede de un antiguo cine, era como estar dentro de un film. Ubicado a la derecha de Porta San Mama. La cena esplendida y deliciosa.
En Ravenna son tres las grandes iglesias con mosaicos bizantinos San Vitale, San Appolinare Nuovo y San Appolinare in Classe.
A la mañana siguiente previo café, fuimos San Appolinare in Classe, a unos 7,5 km del centro. Los dejara sin palabras el edificio monumental y su elegante campanario redondo, como el interior y los enormes mosaicos. Su construcción es del siglo VI.
Allí cerca visitamos el antiguo puerto de Ravenna, cuyas excavaciones empezaron en el año 1997 y fue inaugurado al público en el año 2015. Su origen es del año 450 d C aproximadamente. El mar ha quedado lejos, solo queda un canal. Es casi increíble que hicieran esas estructuras funcionales y a la vez hermosas, donde no quedaban espacios sin adornos.
De regreso al centro almorzamos en el restaurante Ca de Ven en la Vía Corrado Ricci 24 (es un clásico y viene todo el mundo), además es un local histórico. Aquí se comen las famosas «piadinas», dicen que son las mejores de Emilia Romagna. Son sublimes las combinaciones, contribuye la calidad de los ingredientes. Es imposible resistir a la tentación, ya saben dicen que la «carne es débil», y yo no soy la excepción.
Aquí nomás se encuentra la tumba del gran poeta Dante Alighieri, que después del exilio de su amada Florencia, vino a Ravenna donde estuvo alojado en el monasterio de San Francisco (contiguo a su tumba) y murió en el año 1321. En la calle Alighieri, (que lleva su nombre), hay un pequeño edificio neoclásico donde se encuentra su tumba.
Todo está cerca, cruzando detrás de la tumba y de frente a una gran explanada se encuentra la Basílica di San Francesco. Es una de las iglesias más antiguas y bellas. Tiene una cripta inundada con un piso de mosaicos, columnas de piedra y un cielorraso abovedado. Fue construida en la mitad del siglo V en estilo románico. El campanario cuadrado adosado a la iglesia es del siglo X-XI. La vista del conjunto de la iglesia, campanario y los pórticos a su izquierda es muy hermosa.
En este viaje, encontré que en los pórticos habían abierto un bar, Pasticceria Palumbo, en un local que había sido de una imprenta, muy bien decorado con mesas debajo de las arcadas, café delicioso y todo muy rico, en una de las bellas plazas de Ravenna.
Ya saben en estos lugares todo está cerca, y no puedo dejar pasar nada por alto. Fuimos hasta la Cripta de la familia Ruspani, no es como todas las criptas que están debajo tierra, esta se encuentra en una torrecita circular, de dos pisos y enormes ventanas ojivales, en un jardín con una fuente y jardines colgantes. Estando allí el vecino campanario de San Francesco nos regaló el concierto del sonido de sus campanas.
La cena fue en un restaurante de pescado, en Marina di Ravenna, «Da Matteo», Viale delle Nazioni 37. Muy elegante y las mesas puestas de manera muy original y marinera.
La comida excelente, yo comí «spaghettoni allo scoglio», es decir spaghetti algo más gruesos con mariscos, un plato enorme, que no pude terminar, luego un frito de verduras, tomamos Prosecco, de postre un sorbete al limón. No “comment”, ya sé lo que están pensando.
Creo ya haberles comentado que Emilia Romagna y Lombardía están catalogadas como las regiones que mejor se come en Italia. Y nosotros no dejamos de hacerle honor siempre que podemos.
Paseamos por el puerto, la noche era suave y tersa como dice una canción, «La notte è così tersa, qui forse anche morire non fa male”.
Ravenna tiene muchos hermosos palacios uno de ellos es el Palazzo Rasponi en la Piazza J. F. Kennedy, de una arquitectura neorromántica terminado en el año 1738.
Debido a que había una “Noche Blanca” (así llaman a las noches de los museos) pude conocer el museo MAR (Museo de Arte de Ravenna), Via di Roma 13. Con obras del renacimiento y contemporáneas, además de una vista a un hermosísimo y gran claustro perteneciente a la vecina Basílica de Santa María in Porto, siempre en Vía di Roma 19. Fue construida en el Siglo XVI y modificada en el Siglo XVIII, de allí que al barroco le fue sobrepuesto el neoclásico.
Y no podía faltar el bar, en este caso muy artístico, por supuesto que reposamos un rato, eso del «dolce far niente» me encanta, aunque este no hacer nada era muy creativo.
La ciudad estaba de fiesta 24 horas, además, siguiendo por Vía di Roma 53, se encuentra otra bellísima iglesia San Appollinare Nuovo. Su interior es otra fiesta para los sentidos, los mosaicos son enormes y bellísimos.
En esta bella ciudad hay tanto para ver y para disfrutar que supera el tiempo de una visita.
He estado en ella más de 5/6 veces y siempre tengo algo nuevo para ver.
En el parco di Piazza Arcivescovado, se encuentra el Duomo dedicado a la Risurrezione di Nostro Signore Gesù Cristo. El edificio actual se debe a la gran modificación efectuada durante el siglo XVIII, cuando se demolió la antigua catedral Ursiana, siendo esta nueva de estilo barroco. El campanario redondo de 35 metros se reconstruyó después de un incendio en el año 1658.
Junto al Duomo, otro sitio muy interesante para ver es el Baptisterio Neoniano o de los Ortodoxos, debe su nombre al obispo Neone quien lo mando construir.
Es un edificio construido en los años 410-450 d C, de planta octogonal de ladrillos rojos de estilo bizantino, es la más antigua de todos los monumentos de Ravenna. Su interior esta ricamente decorado con mosaicos. La cúpula representa a Jesús en el río Jordán y San Juan Bautista que lo está bautizando.
El tiempo vuela y por suerte puedo volar para llegar a Italia. Estamos en el año 2019 y vine a Ravenna desde Arezzo que queda a 159 km, tome una autostrada que cruza los Apeninos, con túneles de más de 4500 metros de largo, puentes altísimos y larguísimos.
Esta visita será corta, solo para estar con los parientes. El turismo será casi exclusivamente gastronómico.
Esta misma noche fuimos a cenar a un restaurante algo fuera de Ravenna, La Ca del Pino.
Ya ven las fotos, lugar agradable, platos bien presentados, imaginen los sabores y el aroma. Los dejo para que disfruten.
Al día siguiente fuimos hasta el centro a la Piazza Kennedy, donde había una muestra de flores, la ciudad estaba toda llena de ellas. De paso tomamos un rico café en el nuevo Café Kennedy.
El casco antiguo de Ravenna no es muy grande pero la cantidad de cosas para admirar es enorme.
Ravenna es uno de los lugares imperdibles de Italia, no solo por los mosaicos, por las tradiciones, por el buen comer, por lo elegante y lo relajado de la vida.
Espero que puedan disfrutarla tanto como yo.
Por Silvana Salvucci
Autora de Recorre Italia
Para saber salgo más de este lugar soñado pueden ingresar a los siguientes links:.http://recorreitalia.com/ravenna-cattolica-cesenatico/