Por Silvana Salvucci*
Bari es la capital de la región de La Puglia, zona hasta hace poco inexplorada. Región de un mar maravilloso, grutas mágicas y comida deliciosa.
Bari está en el sur, en el taco de la bota italiana, es la capital de la región de la Puglia, sus habitantes están muy orgullosos de vivir rodeados de arte y de historia, que dicen que “Si Paris tuviera mar sería una pequeña Bari”.
A ella se puede llegar en avión, en tren o en auto, las carreteras italianas son buenas y verán hermosos paisajes. Yo llegue en auto desde Lecce.
Bari es una ciudad con un puerto importante en el mar Adriático.
Es un lugar ideal para hacer base para recorrer los lugares cercanos como Alberobello 55 km, Polignano a Mare 39 km, Mattera 55 km, Ostuni 85 km, Lecce 150 km.
La primera impresión que tendremos es que es una ciudad enorme y caótica, pero es solo la impresión ya que su casco antiguo es chico y muy pintoresco. Lo ideal es que tengan un mapa, también pueden hacer un walking tour que los hay gratis. La oficina de informes al turista la reconocen con un a i en color marrón, queda en la Piazza Moro 32A.
Pasear por Bari Vecchia sin apuro por las angostas calles algunas sin salida es una verdadera experiencia entre negocios, bares, restaurantes e iglesias, en un entorno detenido en el tiempo.
Puede resultar divertido y muy interesante dejarse llevar por los aromas que en esta ciudad son muy tentadores como su comida.
En las calles hay carteles con indicaciones de manera que es fácil llegar a todos los lugares para visitar.
El casco antiguo de origen medieval se encuentra dentro de las murallas junto al Castillo Normando-Suevo construido en el año 1131. Durante la guerra bizantina quedó destruido y se volvió a construir el año 1223 por Federico II de Suabia. Domina el mar desde su estratégica posición, ofreciendo hermosas vistas a la ciudad y el mar. En él hay un museo.
Frente al castillo esta la plaza con su nombre que es la entrada principal a Bari Vecchia. En uno de los ángulos de la plaza se encuentra la Vía Arcobasso, por ella veremos en la puerta de las casas a las señoras amasando las famosas orecchiette (orejitas) pasta típica, que deberán probar al estilo de la Puglia. La vida aquí en el sur es más pausada, lo que hace a su gente muy especial. Raffaela Carra, cantaba “Para hacer bien el amor hay que venir al sur” seguro la recuerdan.
En la plaza del castillo en otro ángulo hay otro arco que lleva a Vía Arco Alto, una calle angosta muy pintoresca, para pasear sin prisa y tener el olfato alerta.
La Basílica de San Nicola, de estilo románico, construida en el año 1089, en la iglesia se conserva las reliquias del santo lo que la hace un lugar de peregrinaje. Tiene magníficos mosaicos y bellos frescos.
A muy pocos metros encontramos la Catedral de Bari o de San Sabino, del año 1100, es muy hermosa de piedra blanca y un rosetón central. El interior es simple pero majestuoso.
Muy cerca está el Largo Albicocca (damasco) una placita muy linda y debe su nombre al color de los edificios que rodean la plaza, hay restaurantes para cenar a la tarde ya que se convierte en un lugar romántico, llamada Plaza de los Enamorados. Es uno de los rincones de la Bari para ver.
Bari tiene dos plazas muy lindas donde se desarrolla parte de la vida cotidiana, la Piazza del Ferrarese y Piazza Mercantile, esta última plaza fue por mucho tiempo el centro del comercio y mercado. Además, allí se encuentra el hermoso Palazo del Sedile y la torre con el reloj.
Las plazas se comunican entre sí. Esta parte de la ciudad es muy animada, donde se juntan los estudiantes, la gente local y los turistas. Lugar ideal para comer la deliciosa comida local, donde el Street food es muy bueno, sobre todo la focaccia.
En la Piazza del Ferrarese hay una oficina de turismo para informarse y conseguir un mapa.
Bari está muy unida al mar y lo podemos comprobar si nos damos una vuelta por Lungomare di Bari (costanera), que es el paseo marítimo más largo de Italia.
Se extiende desde la parte vieja hasta la zona moderna, donde los edificios y la iluminación son de estilo Liberty.
No olviden ver el Teatro Petruzzelli, a pocos metros el Palazzo dell’Acquedotto en estilo Liberty y en la Vía Sparano, la calle comercial peatonal llena de negocios, bares y restaurantes se encuentra otro hermoso edificio con elementos de estilo Liberty, el Palazzo Mincuzzi.
En la Bari Vecchia se puede hacer un tour a la parte subterránea, donde se pueden apreciar los restos de la Bari bizantina y romana.
Algo típico para saborear, las orecchiete hechas a mano, ya sea con cime di rapa o con ragú.
Arroz a la barese, que se prepara con papas y mejillones
Cavatelli con i frutti di mare (otra pasta típica) son una excelente opción para degustar los sabores del mar.
La focaccia o il calzone barese (relleno de cebolla, aceitunas verdes, huevo, tomates, pecorino, etc)
Polenta fritta, ideal para comer andando.
Y los deliciosos dulces típicos: bocconotti, paste reali, castegnedde, zeppole.
Estoy segura que después de este menú ya están deseando ir. Encontraran una tierra con sol, un mar increíble, playas escondidas, gente amable y sonriente, y mucha historia y bellezas arquitectónicas. Todo depende del tiempo que dispongan.
*Silvana Salvucci
Autora de Recorre Italia