Fernanda es voluntaria en la Fundación Nordelta desde hace más de 15 años.
Hace 22 años, ella y su familia quedaron entusiasmados con el proyecto Nordelta y tomaron la decisión de construir su hogar en esta comunidad. En aquellos tiempos, la Fundación Nordelta estaba en sus primeras etapas, pero ya plasmaba ideas innovadoras y útiles tanto para la comunidad del pueblo como para sus vecinos.
Los primeros talleres organizados por la Fundación estaban dirigidos a madres embarazadas, personas interesadas en aprender oficios como plomería y electricidad y a niños que necesitaban apoyo escolar en el nivel primario. Con una experiencia previa en el ámbito educativo, Fernanda se sintió atraída por la idea de acompañar a los chicos de las comunidades aledañas, reforzando su aprendizaje escolar.
Fernanda comenzó a colaborar con la Fundación Nordelta en el 2006 en el Barrio Las Tunas y, desde la pandemia cuando se cerraron las escuelas y se exacerbó la desconexión educativa, se unió al programa DALE, una propuesta de alfabetización diseñada para enseñar a leer y escribir de manera sistemática. “Dos veces por semana me reúno de manera individual con los niños y completamos los cuadernillos del programa”.
Cada vez es una enorme alegría para mi, verlos “ hacer el click” como por arte de magia y descubrir que ingresan al mundo de los libros.
Su dedicación y pasión por la educación deja una huella significativa en la vida de muchos niños, ayudándoles a ingresar al mundo de la lectura y la escritura, y abriéndoles las puertas a un futuro de posibilidades.