Por Esperanza Pérez*
Hola, ¿cómo está mi gente emprendedora y triunfadora?
Hoy quiero hablarte de algo que puede transformar tu día a día: cómo ritualizar y hacer más sagradas las tareas cotidianas de tu negocio.
A menudo, nos encontramos atrapados en la rutina, haciendo las mismas cosas sin pensar mucho en ellas. Pero, ¿y si te dijera que puedes darle un toque de magia y significado a cada tarea que realizas? Aquí te dejo tres sugerencias para lograrlo.
- Inicia tu día con una intención clara
Antes de comenzar cualquier tarea, tómate un momento para centrarte y establecer una intención. Esto no tiene que ser complicado; puede ser tan simple como respirar profundamente tres veces y decirte a ti mismo: “Hoy trabajaré con alegría y propósito”. Al hacer esto, estás dándole un sentido sagrado a tu día y preparando tu mente para abordar cada tarea con una actitud positiva.
Ejemplo práctico:
Imagina que tienes una reunión importante. Antes de entrar, cierra los ojos, respira profundamente y di: “Mi intención es comunicarme con claridad y empatía”. Esto no solo te centra, sino que también te ayuda a recordar lo que realmente importa.
- Transforma las tareas rutinarias en rituales
Las tareas rutinarias pueden parecer tediosas, pero si las conviertes en rituales, pueden volverse momentos especiales de tu día. Por ejemplo, si tienes que revisar correos electrónicos, convierte esto en un ritual sagrado. Puedes encender una vela o poner música suave de fondo, y enfocarte en la gratitud por cada oportunidad de comunicación que recibes.
Ejemplo práctico:
Supongamos que tienes que hacer inventario de tu tienda. En lugar de verlo como una tarea aburrida, pon tu música favorita, agradece mentalmente cada producto por ser parte de tu negocio y visualiza el éxito que estos productos traerán.
- Cierra tu día con un agradecimiento
Termina tu jornada laboral con un pequeño ritual de cierre. Tómate unos minutos para reflexionar sobre lo que lograste y agradecer por las oportunidades y aprendizajes del día. Esto te ayuda a dejar de lado el estrés y a cerrar el día con una nota positiva, listo para recargar energías.
Ejemplo práctico:
Al final del día, escribe en un cuaderno tres cosas por las que estás agradecido. Pueden ser cosas simples como una conversación agradable con un cliente, haber terminado un proyecto, o simplemente haber tenido un día productivo. Este acto de gratitud te conecta con lo positivo y te prepara para el día siguiente.
Estas pequeñas acciones pueden parecer simples, pero su impacto es profundo. Al darle un toque de ritualidad a tus tareas cotidianas, estás creando un espacio de trabajo más armonioso y significativo. Así, cada día se convierte en una oportunidad para conectar con tu propósito y avanzar con una actitud renovada.
Si quieres trabajar esta área en tu camino emprendedor, no dudes en contactarme. Crecer es una decisión que comienza por pensar en ti.
Te dejo un abrazo lleno de esperanza
*Esperanza Pérez – Especialista en Comunicación y Desarrollo Personal con Enfoque en PNL y Coaching Ontológico
Instagram: @holaesperanzaofficial
Whatsapp: 1123636552
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