Por Vale Costa*
La semana pasada te hablé sobre el poder que tienen las palabras y te prometí que esta semana te iba a hablar de cómo podemos implementar cambios simples en nuestro hablar para tener mayores logros a nivel personal y profesional.
Las palabras tienen el poder de cambiar estados de ánimo, perdurar en el tiempo e instalarse en nuestra mente.
Seguramente en la semana te dijeron algo donde por unos minutos te hicieron sentir bien, o mal y seguís recordando esas palabras como si siguieran vivas rebotando en tu mente.
¿Que bueno sería reeducar nuestro vocabulario a lo largo de la vida, desde que somos pequeños y a medida que vamos creciendo, no?
Todas las palabras que decimos o que nos decimos, sean positivas o negativas, están cargadas de emociones, por eso el lenguaje nos permite cambiar nuestras emociones y sensaciones, y las de los demás.
Si constantemente estamos usando palabras “no muy felices” y pesimistas, así vamos a percibir la vida.
Todos buscamos abundancia, paz, felicidad, pero… de nuestra boca sale todo lo contrario. Entonces… si no hay coherencia con lo que queremos y con lo que decimos… ¿Lo que deseamos, será posible que se cumpla?
De nuestras palabras depende nuestro futuro, así que empecemos a cambiar algunas:
- Cambiar el “pero” por “y”.
Cuántas veces decimos: Quiero ir al cine este fin de semana… “pero” tengo que trabajar. Cuando usamos la palabra “pero” generamos un conflicto interno, sabemos que una cosa obstaculiza la otra.
Ahora si la reemplazamos por “y” nos estaríamos diciendo que hay dos cosas para hacer, por un lado, tengo que trabajar y por el otro quiero ir al cine, de esa manera a lo mejor encuentre la forma de organizarme para hacer las dos cosas.
- Cambiar “lo tengo que hacer” por “lo quiero hacer”.
Observar esto nos hace tomar conciencia de las cosas que realmente queremos o no hacer. Por ejemplo “tengo que hacer reels para mi cuenta de Instagram y no tengo ganas”, lo siento una obligación, se que tengo que hacerlo, y del otro lado están mis ganas de NO hacerlo. Podemos decir “yo elijo hacerlo”. Nadie te obliga, es tu decisión y tomando conciencia de eso que decis lo vas a sentir distinto, buscá que es lo que te impulsa a hacerlo, que cosas buenas van a pasar si terminás el trabajo.
Siempre estamos eligiendo y todas las decisiones que tomemos “hoy” van a tener consecuencias porque nos llevarán hacia una dirección específica en el futuro, que puede ser inmediato o no.
Te hago una pregunta:
¿Qué es lo que mayormente respondés cuándo te preguntan, ¿cómo estás?
Sos de los que responden: “tirando” o los que responden “¡muy bien!”
Si aprendemos a usar un lenguaje positivo con nosotros mismos y con los demás sacará lo mejor de nosotros. Si nos acostumbramos a usar un lenguaje optimista, ese hábito, nos puede ayudar en esos momentos que necesitemos una “palmadita en la espalda”.
Reeducar nuestro vocabulario aporta a percibir el mundo de una manera “más feliz” según el filósofo Luis Castellanos, pionero en la investigación sobre lenguaje positivo, quien aplica los conocimientos de la neurociencia a la vida cotidiana. Castellanos afirma que tener un lenguaje positivo ayuda a tener una mejor actitud ante la vida y a nuestra longevidad.
En conclusión, no se si viviremos más hablando de manera más positiva, pero por las dudas hagamos el intento.
Las palabras efectivas y bien dichas son la mejor inversion que podemos hacer para nuestro “yo del futuro”.
Todo lo que siembres en tu mente “hoy” lo cosecharás en abundancia, felicidad y buena salud emocional “mañana”.
Deseo de corazón que te haya gustado el tema de hoy. Me podés contactar en mi cuenta de Instagram @conectadashoy seguime para no perderte todo el contenido de valor que siempre comparto.
¡Nos vemos la semana que viene!
Un beso grande!
☆★彡･::･VALE COSTA ･::･彡 ★☆
Soy Vale Costa, inquieta, motivadora, positiva innata y Coach Ontológica Certificada.
Me encanta ayudar a las personas a despertar su CONCIENCIA. Mi propósito es ayudarlas a que desarrollen su autoconocimiento y descubran su potencial escondido… ese que las acerca a su MEJOR VERSIÓN.
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Recordá que:
“SI CAMBIÁS TUS PENSAMIENTOS, CAMBIÁS TU MUNDO”
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